viernes, 6 de septiembre de 2013

Conceptos y aplicaciones de la "medicina ayurvédica"


 
La medicina ayurvédica (del sánscrito ayur, “vida”, y veda, "conocimiento”) es un método natural que va más allá del tratamiento de las enfermedades físicas para proteger el bienestar espiritual de la persona. Actualmente en la India, donde sus practicantes trabajan en colaboración con los médicos convencionales, es la principal doctrina terapéutica, y en Occidente su popularidad crece día a día.
La doctrina ayurvédica es sobre todo preventiva: es preferible tomar recaudos antes de que se manifieste una enfermedad que combatirla una vez que se instaló en el cuerpo. Para ello hay que mantener una comunicación constante con el médico, quien debe conocer todos los aspectos de la propia vida (alimentación, aficiones, hábitos sexuales, elección de cónyuge, condiciones del hogar y del trabajo, creencias religiosas, costumbres, etc.) y recomendar los cambios que el profesional crea convenientes.
Por su parte, como práctica curativa, la medicina ayurvédica emplea una amplia variedad de remedios y técnicas: desde sustancias extraídas de plantas medicinales y complementos de minerales preparados especialmente para cada paciente, hasta la cirugía alopática. En la actualidad, los medicamentos ayurvédicos ya suman más de 8.000, incluyendo los propiamente curativos y los destinados solamente a mantener la salud.
El tratamiento ayurvédico está recomendado para todo el mundo, sobre todo para quienes padecen de estrés o tensión muscular. Entre otros numerosos padecimientos que responden particularmente bien a la medicina ayurvédica están la artritis, el asma, la diabetes, el eccema, la indigestión, la tuberculosis y las úlceras.
Sin embargo, nunca debe dejarse de lado un tratamiento médico convencional por el ayurvédico.

Los tres pilares de la medicina ayurvédica


Según la medicina ayurvédica, todos los seres vivos se componen de tres elementos cósmicos: aire, fuego y agua (en sánscrito vata, pitta y kappa, respectivamente), cuya actividad rige todos los procesos fisiológicos y mentales del hombre y se compara con la acción del viento, el sol y la luna.
Cuando estos tres elementos están en equilibrio dentro de la persona, crean y conservan la salud. Por el contrario, si alguno de ellos predomina o se debilita excesivamente, se produce la enfermedad. Al momento de la concepción, cada persona recibe los tres elementos en determinada proporción, y así los conserva toda su vida.
Entonces, la tarea del médico consiste en determinar la constitución innata del paciente y detectar, si lo hubiera, alguno de los siguientes desequilibrios:
• Desequilibrio de vata: puede deberse a no comer con regularidad, dormir poco, llevar una vida sexual promiscua, tener estallidos de ira o celos, o hacer esfuerzos físicos o mentales excesivos.
• Desequilibrio de pitta: es consecuencia frecuente de la INDIGESTIÓN, la acidez estomacal, el abuso del alcohol, el dolor moral y el temor.
• Desequilibrio de kappa: Sus causas más comunes son la falta de ejercicio, el dormir durante el día y la acción de las estaciones del año.

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