jueves, 5 de septiembre de 2013

Secretos para aprovechar el tiempo libre



Luego de una ardua jornada, de una interminable semana o de un mes de mu­cho trabajo, necesitamos tiempo para relajamos y refrescar la mente. Pero no todos los descansos son necesariamente buenos para el ce­rebro. Pasar horas delante del televisor o el ordenador es el ejemplo más obvio. Las investigaciones han demostrado que ver la televisión embota la men­te; está menos activa viendo la tele que durante el sueño. Además, un régimen de televisión a todas horas se acompaña casi siempre de me­nos interacciones sociales, costumbre que a su vez tiene consecuen­cias negativas a largo plazo.
Por el contrario, hay muchas actividades agradables y relajantes que contribuyen a despejar la mente. Probablemente, algunas de tus actividades de ocio actuales son mejores para tu ce­rebro que otras. Por lo tanto, el primer paso consiste en reflexionar sobre cómo pasas tu tiempo libre y ver si incluyes un buen entrenamiento mental. La clave está en encontrar un punto de equilibrio entre una activi­dad mental estimulante para el cerebro y aquellas situaciones en las que simplemente necesitas dejar la mente en blanco, como el caso de la meditación.

Romper con la rutina


Casi siempre que vamos en automóvil, tenemos algún destino concreto en mente (y por lo general también una forma rutinaria de ir hasta allí). No saber a ciencia cierta qué harás a continuación, dónde terminarás o ni siquiera cómo volverás, activa los circuitos de atención para que adviertan todos los estímulos sensoriales que te rodean. Al mismo tiempo, tanto tú como tus compañeros de viaje están ejerciendo habilidades de navegación espacial.
Lo mejor que puedes hacer para no caer nuevamente en una rutina es partir en una “excursión al azar”, sin mapas y con la familia o ami­gos. Cada pasajero elegirá por turnos dónde ir o qué hacer: “Por aquí”, “Ahora a la izquierda” o “Vamos a pasar por ese surco de agua”. Otra opción po­sible es la del “mapa de las monedas”: coloca un mapa de la región en el suelo y haz que todos arrojen una moneda encima. Entre todos los destinos aleatoriamente marcados, elijan alguno que les llame la aten­ción.
Aunque estos juegos se puedan practicar a solas, al incluir a la familia y a los amigos, estás ofreciendo oportunidades de compartir experiencias, recuerdos, comidas y asociaciones.

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