El organismo metaboliza o procesa los carbohidratos en glucosa y glucógeno (el
equivalente animal del almidón de las plantas). Durante la actividad física,
los músculos se alimentan de la glucosa de la sangre y del glucógeno del hígado
y de los propios músculos. Si el nivel de glucosa es excesivo, con el tiempo se
convierte en grasa, cuya acumulación produce sobrepeso u obesidad. De ahí la
importancia de quemar las calorías consumidas.
Los
carbohidratos complejos son aquellos que contienen almidón y provocan menos caries que los simples o azucarados
porque, aunque el proceso digestivo se inicia en la boca, aquéllos se absorben
en los intestinos; además, contienen fibra, vitaminas y minerales en mayor
cantidad que los alimentos dulces.
Los
almidones deben ser parte fundamental del consumo diario de carbohidratos
(hasta un 55% de la dieta diaria). Los alimentos que los contienen en mayor
cantidad son los cereales integrales (trigo, avena y arroz), los porotos, la
papa y las arvejas. Se ha popularizado tanto el mensaje de que el pan integral
es nutritivo, que mucha gente piensa que el blanco no lo es, lo cual no es
cierto: ambos contienen carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales, sólo
que el blanco contiene menos fibra. Para balancear la alimentación es
conveniente aumentar el consumo de cereales, verduras, frutas y legumbres y reducir
el de carnes, grasas y azúcar refinada.
Menos azúcar, más salud
El
azúcar refinada no contiene vitaminas ni minerales; la miel y el azúcar
mascabada los contienen en muy pequeñas cantidades pero su consumo desmedido
causa sobrepeso, caries dental e hipoglucemia (una especie de adicción a los
alimentos dulces). He aquí algunos consejos para reducir el consumo de azúcar y
conservar la salud:
• Dejar
paulatinamente de endulzar las bebidas calientes. Una vez que se acostumbran a
no probar el azúcar, muchas personas revelan que el sabor de las bebidas
mejora.
• No
tomar refrescos; es preferible beber agua o jugo de fruta recién preparado y
diluido.
• Leer
la etiqueta de los alimentos y bebidas envasados y procurar comprar sólo los
que no contengan azúcar.
• Comer
fruta o un poco de queso al terminar cada alimento en vez de rematar con
postres azucarados.
• No
guardar caramelos, chocolates ni pasteles en la casa como un premio o
compensación de algo.
• Si se
desea comer algo a deshoras, una pequeña ración de verduras crudas, fruta, yogur,
queso o nueces es una buena opción. Dichos tentempiés son más nutritivos que
los caramelos y no producen caries.
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