martes, 8 de abril de 2014

Los elementos básicos de la "expresión corporal"



Para poner en acción el cuerpo y conseguir su expresión, existen diversos recursos que pueden ser tan interesantes como enriquecedores. Los más habituales son música, palabras, gritos, refranes, sonidos; elementos que desarrollan imágenes visuales (cuentos, paisajes, colores, incentivos verbales) e incluso objetos como aros, pelotas y elásticos. Aunque los profesores sugieren el uso de los complemtnos sólo en determinadas circunstancias.
Así y todo, la expresión corporal puede practicarse con o sin música, porque la danza es un lenguaje independiente. Además de música grabada, también pueden utilizarse la voz y la respiración. Los complementos se usan por lo general para ayudar a que se desbloqueen las personas más tímidas. Por ejemplo, cuando muchas personas se mueven con el mismo estímulo sonoro, éste las motiva a realizar las mismas consignas y las ayuda a sentirse partes de un grupo. De esa manera, las inhibiciones comienzan a desvanecerse y la expresión corporal aflora con plena libertad. 

¿Cómo es una sesión de expresión corporal? 

La expresión corporal se practica en los denominados talleres artísticos; un lugar donde los alumnos aprenden a liberar la palabra, expresar emociones, conectar pensamientos y movimientos. La idea central consiste en que cada uno desarrolle libremente su propia “danza interior”, al tiempo que tome conciencia de sus dificultades expresivas y pueda abordarlas sin prejuicios.
Cada sesión dura aproximadamente dos horas, y en ella cada participante moviliza su cuerpo y su mente. Comienzan por desperezarse (con bostezos, encogimientos o cambios de posición), hasta que liberan las tensiones acumuladas durante el día. Después, siempre de forma lúdica (como si se tratara de un juego), hacen ejercicios para mejorar posturas y practican momentos de desbloqueo. De esa forma se preparan para interpretar el tema principal, que puede ser la conciencia del propio cuerpo o su relación con el espacio, con el tiempo o con los objetos circundantes. Para desbloquearse, inventan situaciones en las que generalmente deben comunicarse con un lenguaje preverbal; es decir, empleando otros recursos fuera del lenguaje verbal.
A la hora de explorar el espacio, el profesor suele proponer a los alumnos que imaginen una situación determinada; por ejemplo, que están dentro de una esfera y deben buscar su máxima capacidad de expresión y movimientos en ese espacio. La música se presenta como estímulo de la actividad. Luego, se dedica un tiempo para la reflexión, donde cada uno puede hablar de la experiencia, escribirla o pintarla.
En general, la sesiones de expresión corporal respetan un mismo esquema: después de efectuar un trabajo corporal o de realizar ejercicios de estiramiento, cada alumno se ubica en un lugar y, con los ojos cerrados, interpreta las consignas verbales impartidas por el instructor para que pueda expresar sus emociones al ritmo de la música.

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