miércoles, 9 de abril de 2014

Gravitoterapia: La fuerzas que promueven la salud



La gravedad de la Tierra no sólo actúa como un gran imán que nos permite movernos sin salir despedidos al espacio, sino también produce una serie de efectos sobre el correcto funcionamiento de nuestro organis­mo. En primer lugar, la gravedad terrestre establece un juego de fuerzas y resistencias que deben equilibrarse correctamente para que nuestra salud no se vea afectada. Sin embargo, las tensiones cotidianas y las malas posturas alteran este equilibrio, que debe restituirse para alcanzar un estado de bienestar total.
Bajo este precepto nació la “gravitoterapia”: un método de restauración corporal basado en el efecto de la gravedad sobre la descompresión de la colum­na vertebral. Para ello el terapeuta acuesta al paciente en una camilla giratoria verticalmente, luego la invierte para que la persona permanezca con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba. Así se consigue anular el efecto de la gravedad sobre los segmentos vertebrales que han sufrido una fuerte tensión. 

Hacia el equilibrio total

La gravitoterapia fue creada por el terapeuta Antoni Munné Ramos, especializado en restauración corporal y microgimnasia, además de otras técnicas de masajes revitalizantes.  La idea que propone Ramos con esta terapia es alcanzar un estado de equilibrio que promueva el óptimo funcionamiento del organismo. Así, un cuerpo equilibrado, construye y asienta una persona equilibrada en cuatro niveles: el energético, el mental, el emocional y el espiritual. La suma de equilibrio corporal con conciencia corporal y autoestima, da como resultado una salud robusta y perdurable.
La gravitoterapia se emplea principalmente como método terapéutico para simular la ausencia de peso por la colocación del cuerpo en posición invertida (antigravedad o gravedad dirigida), permitiendo de esa forma el estiramiento muscular controlado, la recolocación visceral, la realineación estructural y la descompresión de vértebras y articulaciones. Aunque su uso no está recomendado para cualquier persona, la aplicación adecuada de la gravitoterapia puede generar una sensación de bienestar general en todo el cuerpo. 

El beneficio de no tocar el suelo

En la actualidad son muy pocos los lugares que ofrecen el servicio de gravitoterapia tal como lo concibe su creador. Sin embargo, existen otras alternativas que proponen el mismo tratamiento: despegar al cuerpo de la gravedad de la tierra para reacomodar todos sus elementos y recuperar la salud. En este sentido, ciertas sesiones de hidroterapia en piscinas profundas son ideales para conseguir la suspensión corporal en un medio blando (como es el agua). Los movimientos rotatorios dentro del agua con la colaboración de un terapeuta, potencian los efectos de la antigravedad.
Por otra parte, los saltos efectuados en cámaras de aire con superficies infladas generan un efecto similar al de la gravitoterapia, con la diferencia obvia de falta de precisión y control por parte del terapeuta. En este caso, el cuerpo queda suspendido unos segundos en el espacio, liberándose de la fuerza que ejerce la gravedad sobre todos los huesos y órganos. Si bien estos movimientos son más recreativos que terapéuticos, no está nada mal para quién desea olvidarse de la Tierra por un rato.

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