viernes, 22 de noviembre de 2013

Mala digestión: Un problema que puedes evitar



El proceso digestivo debería producirse con rapidez y eficacia para que el organismo pueda obtener el máximo valor nutritivo de los alimentos que consumimos. En cambio, si la digestión es lenta, los alimentos no digeridos pueden fermentarse en el tracto digestivo, produciendo pesadez estomacal, dolor de cabeza y por consiguiente una inadecuada absorción de los nutrientes.
Para modificar un problema de mala digestión o indigestión es preciso tener en cuenta algunos puntos. Primero, hay que ser conscientes de que es necesario adoptar una conducta diaria y permanente a la hora de sentarse a comer. Se deben dejar de lado los atracones de comida y la mala combinación de alimentos que se dan en la mesa. Lo mejor es adoptar un “estilo de vida" basado en una alimentación natural y ampliamente balanceada que nos asegure un estado de salud óptimo y con un peso corporal adecuado.
También es preciso equilibrar la ingesta de alimentos, revisando si los que consumimos están bien o mal y si la proporción diaria es la adecuada. En este sentido debemos alimentarnos de acuerdo a los porcentajes de nutrientes necesarios para nuestro cuerpo, y sin contar calorías o privarnos del placer de saborear determinados alimentos.
 

Causas de una mala digestión 

• Insuficiente masticación: La masticación cumple una función muy importante en el proceso digestivo, ya que una buena digestión comienza en la boca. Si no se mastica bien, se perjudica la digestión y se reduce la eficacia de las otras etapas del proceso digestivo. Normalmente se come tan rápido que se olvida masticar adecuadamente los alimentos.
• Exceso de comida: Es muy común comer de más sin reparar en el enorme trabajo que deben hacer los órganos de aparato digestivo para procesar el exceso. Cuanto más comemos, el sistema digestivo tiene menos posibilidades de hacer una digestión completa.
• Beber mucho líquido con las comidas: El líquido diluye las secreciones (ácido, enzimas digestivas y bilis) que son las responsables del proceso digestivo. La dilución de estas secreciones perjudica la eficacia de la función que cumplen e interrumpe el proceso digestivo. Por eso no es recomendable beber en las comidas.
• Comer antes de acostarse: Los procesos digestivos dejan de funcionar hacia el final del día, por lo que comer a última hora es una causa común de problemas digestivos. Las cenas copiosas son una causa segura de un mal sueño.
• Estrés y tensiones: Comer con los nervios de punta o preocupados es un muy mala idea. Se ha demostrado que el estrés perjudica el proceso digestivo y ocasiona serios trastornos estomacales y hepáticos.
• Escasez de ácido estomacal o de secreción de enzima digestiva: Algunas personas no producen la cantidad suficiente de ácido estomacal y/o enzimas digestivas que les permitan hacer una digestión normal. En este sentido deben tomarse algunos recaudos médicos.

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