martes, 19 de noviembre de 2013

Claves para construir la mejor personalidad (3ª parte)



Aprende a ayudar a los demás
E1 resfrío, el dolor de cabeza crónico, de espalda, de estómago, el asma y la artritis son algunos de los problemas que pueden aliviar­se por el simple hecho de brin­dar una mano a quienes la ne­cesiten. El ayudar a los demás produce una sensación de bie­nestar. Tal como sucede con quienes practican un deporte regularmente, las personas que brindan ayuda en forma regular pueden llegar a experimentar un flujo de endorfinas (químicos del cerebro que levantan el ánimo y equilibran el sistema inmunitario).
El responsable de la motivación para ayudar es el altruismo. Pero algunas personas tienen más oportunidades de desarrollarlo que otras. El altruismo es como un músculo, si no se usa, se atrofia. Si desea aprender a utilizarlo, presta atención a los siguientes consejos:
• Para lograr un mayor beneficio, establece un contacto directo con la persona a quien deseas ayudar. Esto es mejor para la salud que brindar ayuda económica a través de una entidad, es decir, sin comunicarse cara a cara con la otra persona. Los beneficios más significativos se logran ayudando a personas desconocidas. Evita brindar ayuda por obligación o por sentirte culpable de algo.
• No te dejes abrumar por los resultados, debes concentrar todos tus esfuerzos en la alegría de ayudar a otros, más que en el éxito de tu propia acción.
• Acepta tus limitaciones y fije tu propia forma de trabajar, pero sin sentir presiones. 

Cultiva diferentes facetas de tu personalidad
Los psicólogos han descubierto que quienes presentan una mayor cantidad de facetas dentro de su personalidad son más saludables físicamente. La razón es concreta: cuando una de sus facetas está herida o bajo un estado de estrés, estas personas tienen otras facetas a las cuales pueden recurrir y, por consiguiente, ofrecen una mayor resistencia a los problemas de la vida. Esto implica contar con una mayor cantidad de recursos para enfrentar los problemas sin que ello signifique una manipulación de los sentimientos.
Para aprender a desarrollar una personalidad con muchas facetas o aptitudes, lleva a cabo el siguiente ejercicio:
• Escribe una lista de tus actividades, relaciones con las demás personas, identidades y papeles que desempeñan en tu vida cotidiana.
• Observa si cada una de estas cosas se encuentra totalmente ligada a una faceta diferente. De no ser así, establece estrategias para separar unas de otras.
• Identifica facetas que hayas descuidado y busca alguna manera de revivirlas. Por ejemplo, si eres amante de la práctica deportiva pero ya las abandonado, inscríbete en un club y comienza de nuevo a desarrollar tus aptitudes. Con el tiempo verás que tu faceta de deportista y competitivo estaba latente. Lo mismo sucede con otros espacios, como el artístico, el pensativo, el recreativo, etc., para cada uno de ellos puedes desarrollar una faceta diferente dentro de tu propia personalidad.

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