lunes, 4 de noviembre de 2013

Actividad física contra la depresión



Numerosos estudios científicos han demostrado que la actividad física es un remedio eficaz contra la depresión, el estrés y el mal humor. Aunque parezca increíble una caminata por el parque puede ayudar a cambiar el estado de ánimo mejorando la actitud frente a los problemas y presiones que se dan día a día.

Tratar los bajones anímicos y los estados depresivos a través del ejercicio físico es una manera natural de revertir una situación que a veces no encuentra una salida viable. El ejercicio físico también es útil para tratar problemas de ansiedad y de carácter que están íntimamente ligados con la personalidad del individuo y su forma de ver y vivir el mundo y todo lo que lo rodea.
Cuando una persona lleva a cabo una actividad física libera una importante cantidad de sustancias químicas en su cuerpo que actúa favorablemente sobre su estado de ánimo. De acuerdo a los resultados de los estudios realizados al respecto, la persona que se somete regularmente a un plan de ejercicios físicos (ya sean aeróbicos o de fuerza) experimenta de inmediato una sensación de bienestar y plenitud tanto física como mental. Esto sucede porque una actividad saludable vigoriza y distrae la mente de los problemas estresantes que se presentan diariamente. 

Las mejores razones para mover el cuerpo

El entrenamiento físico genera el espacio necesario para olvidarse al menos por un tiempo de los problemas cotidianos. Por eso la práctica regular es tan importante, porque de esta manera la mente encuentra la vía de escape a todas las preocupaciones a través del trabajo corporal. Los ejercicios físicos no solucionan los problemas, simplemente ayudan a la persona a tomar una actitud coherente y serena frente a ellos.
A veces no es necesario dedicar largas horas a un entrenamiento intensivo para alcanzar un determinado nivel de fuerza y poder mental, tan sólo unos minutos diarios de actividad leve o moderada son suficientes para recibir los cimientos de la calma y la actitud positiva. Además el ejercicio incrementa el autoestima y genera una imagen de sí mismos ganadora y exitosa que permite tener un absoluto control sobre los sucesos. Así frente a un fracaso o una situación inesperada la reacción inmediata es tan firme y contundente que no da lugar a decaer o deprimirse.
Cuanto mayor es el tiempo de dedicación a la actividad física, mayores son los deseos de continuar. Esta necesidad de trabajar el cuerpo genera en sí una especie de adicción positiva a la práctica saludable. Sin embargo, el secreto está en saber darle el lugar que se merece el ejercicio, sin llegar a caer en excesos o prácticas inadecuadas.

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