lunes, 25 de noviembre de 2013

Cómo superar la "hipocondría"



Conocer algunos indicadores de las causas de la "hipocondría" ha contribuido al éxito de su tratamiento. Este problema parece tener su origen en la infancia de la persona: muchos hipocondríacos han tenido padres que se preocuparon excesivamente ante sus primeros indicios de enfermedad. Así, con los años, aprendieron a tener menor tolerancia al dolor y a desarrollar una preocupación anormal por su funcionamiento corporal. En otros casos, la hipocondría se presenta como un comportamiento que revela un síntoma de depresión clínica o esconde una serie de trastornos sexuales como la frigidez, la impotencia o la interacción sexual dolorosa. Para ello, es fundamental tratar antes que nada los desórdenes primarios que provocaron la hipocondría para luego erradicarla definitivamente.
Generalmente, el tratamiento consiste en una evaluación de los síntomas (no siempre es fácil porque los pacientes tienden a cambiar de médico con frecuencia) y los sucesivos diagnósticos alentadores del médico cuando no existen indicios de enfermedad. Lentamente, muchos hipocondríacos se percatan de que nada serio afecta su salud a pesar de los síntomas que padecen. Advierten que con el tiempo su salud no se deteriora tal como ellos imaginan. Aunque cuando las buenas noticias del médico no son suficientes para calmar al paciente de sus miedos a la enfermedad, puede ser necesaria la ayuda de un psicólogo. Algunos hipocondríacos han modificado su forma de pensar y sentir luego de concurrir a un psicólogo que contenga sus temores y problemas. Así y todo, cuidar del propio bienestar de manera sana es una forma de proteger la salud sin que ello implique transformarse en hipocondríaco. 

Situaciones que no implican hipocondría

 

• Cambiar de médico: Dejar de consultar un médico y cambiar por otro es algo absolutamente normal. Hay ocasiones en que el paciente no está conforme con el tratamiento o simplemente no le cae bien el profesional, y elige abandonarlo y efectuar una nueva consulta. Siempre y cuando existan razones sólidas para que así suceda, esta conducta en sí no revela un estado de hipocondría.
• Hacer muchas preguntas al médico: Poco tiene que ver con la hipocondría la curiosidad por saber sobre tal o cual dolencia. Es muy frecuente que el paciente invada de preguntas al médico, indague sobre los tratamientos y hasta consulte enérgicamente sobre su diagnóstico. Esto que antes era considerado una conducta hipocondríaca, hoy forma parte de la interacción normal entre médico y paciente y, en todo caso, revela una participación activa y responsable por parte de quien desea mejorar su estado de salud. 
• Padecer enfermedades psicosomáticas: Este tipo de trastornos se originan por factores emocionales o psicológicos. Las dolencias psicosomáticas se presentan como enfermedades físicas que deben ser tratadas para evitar un debilitamiento mayor del organismo. Por ejemplo: la úlcera péptica, el asma bronquial y la colitis ulcerosa pueden ser, en ciertos casos, enfermedades psicosomáticas, que nada tienen que ver con reacciones hipocondríacas.

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