Existe una diferencia sustancial entre la expresión “soy gorda” y “estoy gorda”. Quien asume la condición de “ser gorda” limita de antemano cualquier solución posible frente a su problema con el peso corporal. En cambio, quien asume la condición de “estar gorda” reconoce un problema y una situación temporal respecto a su propio peso corporal, que puede solucionar en cuanto tome la decisión de hacerlo.
Pensar en términos de “soy gorda” es asumir una realidad
para toda la vida condenándose a la infelicidad y el fracaso por no conseguir
un peso ideal y un cuerpo delgado. Pero las mujeres que piensan en términos de
“estoy gorda” afrontan una realidad momentánea, un estado corporal que pueden
cambiar si así desean hacerlo.
Las mujeres que padecen la enfermedad de la obesidad se
identifican con la expresión “soy gorda”; pero si cambiaran la imagen que
tienen de sí mismas y su actitud mental frente al espejo y la balanza, contribuirían
para que los tratamientos médicos sean exitosos en su totalidad. Asimismo, las
mujeres con sobrepeso ligero y moderado (de 5 a 20 kilos de más) suelen identificarse
dentro del grupo de personas que se consideran gordas, bloqueando así toda
solución posible y definitiva a sus problemas de peso. También las personas con
comportamientos compulsivos y obsesivos relacionados con el peso y la comida se
ven a sí mismas como gordas y no asumen el estado temporal de los “kilitos de
más”. Estos comportamientos terminan convirtiéndose finalmente en serias enfermedades
psicológicas y fisiológicas como la anorexia nerviosa y la bulimia.
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