martes, 2 de julio de 2013

Anorexia y Bulimia: Para prestar mucha atención




Sin lugar a duda, estamos frente a un mundo que nos presiona socialmente. No hay reunión, ya sea familiar o social, en la que no se toque el tema del "peso", los "kilos de más" o la "dieta de moda". Todo esto y mucho más han dado origen a dos patologías alimentarias que merecen una cuidadosa observación: la "anorexia nerviosa" y la "bulimia". Ambos trastornos llegan siempre por el mismo camino: la obsesión por verse delgada.

Hacia la delgadez mortal

La anorexia nerviosa es la disminución total o parcial del apetito, y puede presentarse como una enfermedad leve o grave. Se manifiesta entre los 12 y 21 años, aunque también ocurre en mujeres y hombres de edad avanzada. El anoréxico posee un concepto distorsionado de la imagen corporal, acompañado de horror patológico a la obesidad. Tienen un miedo intenso a aumentar de peso y "se ven siempre gordos".

Las personas que sufren de anorexia se obsesionan tanto, que siguen dietas cada vez más rigurosas. Comienzan con el inocente deseo de perder unos kilos y entrenarse en un gimnasio, para terminar en un estado de obsesión incontrolable por el cuerpo. Este proceso puede desencadenar un estado calamitoso de desnutrición que culmina con la muerte.

Los síntomas que se pueden observar en personas con anorexia:

  • Padecen amenorrea (ausencia repetitiva de la menstruación).
  • Cortan los alimentos en trozos pequeños, para que parezca más.
  • Mastican largo rato antes de tragar.
  • Tiran, escupen o esconden la comida.
  • Pueden consumir laxantes o diuréticos.
  • Realizan hiperactividad para bajar de peso.
  • Se aíslan socialmente.
  • El carácter anímico se vuelve irritable.
  • Son autoexigentes.
  • Rechazan la sexualidad.
  • Usan ropa suelta, preferentemente de color negro (se tapan siempre el cuerpo).
  • Realizan días de ayuno, con la excusa de que ya comieron.

*Para detectar la anorexia es fundamental observar los síntomas y comportamientos anteriormente descritos. Hecho esto, es imprescindible la consulta con un médico y psicólogo. La ayuda profesional junto con el afecto familiar es el punto de partida de un largo camino en la recuperación total de la enfermedad.

La culpa por comer

La bulimia nerviosa es muy difícil de detectar, ya que en la mayoría de los casos no existe un bajo peso significativo que llame la atención en quien la padece. Una de las principales características es el "apetito insaciable" que impulsa a la persona bulímica a comer en exceso; luego se siente culpable y se provoca intencionalmente el vómito. El ácido del vómito afloja los dientes, provoca caries y promueve afecciones gástricas; la piel se arruga por la deshidratación y pueden surgir problemas cardíacos.

Los síntomas que se pueden observar en personas con bulimia:

  • No pueden controlar la ingesta de alimentos (atracón).
  • Se provocan intencionalmente el vómito.
  • Su peso corporal oscila constantemente.
  • Sufren deterioro o pérdida de piezas dentarias (producto del vómito habitual).
  • Presentan signos de hiperactividad.
  • Cortan los alimentos en trozos grandes.
  • Comen rápidamente.
  • Tragan casi sin masticar.
  • Tienen un carácter irritable.
  • Comen a escondidas (en la habitación guardan galletas, chocolates, etc.)
  • Suelen abandonar todo lo que emprenden.
  • Roban para comprar comida.
  • Se obsesionan por la silueta y el peso corporal.

*El "atracón" es una conducta que se practica en soledad. El abuso de laxantes diuréticos también se oculta. A diferencia del anoréxico, el bulímico frente a otras personas come normalmente, esto hace que el entorno familiar o amigos no se percaten de la existencia del problema.

Al igual que la anorexia, la bulimia puede provocar la muerte o arrastrar a las persona que la padecen a una verdadera vida de esclavos. Detectada la enfermedad es necesaria una urgente intervención médica con profesionales especializados en este tipo de patologías, ya que se trata de un problema psicológico con consecuencias físicas graves.

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