jueves, 19 de diciembre de 2013

Tres razones para hacer ejercicio



El ejercicio físico mejora la calidad de vida en muchos aspectos. No sólo nos permite vivir más, sino también mejor. Y fuera de toda cuestión estética, mover el cuerpo todos los días es una excelente manera de olvidarse de los trastornos más populares de los últimos tiempos: insuficiencia cardiaca, sobrepeso y osteoporosis. Tres nuevas razones para iniciarse en la actividad física. Pero vemos en detalle de que se trata cada caso:

Corazón fuerte con actividad aeróbica: El ejercicio físico aeróbico mejora la capacidad del cuerpo de suministrar oxígeno a sus músculos, lo que incrementa el vigor físico. El promedio de la capacidad aeróbica de una persona comienza a declinar gradualmente a partir de los 30 años. Si bien es verdad que la frecuencia cardiaca máxima, la cantidad de sangre que el corazón puede bombear y la capacidad de la sangre de transportar oxígeno decrecen con la edad, el ejercicio físico puede hacer que estos efectos se vean minimizados notablemente

Cuerpo delgado con mayor masa muscular: El tejido muscular quema calorías mientras que el tejido graso no. Por eso, la pérdida de masa muscular tam­bién afecta al metabolismo y contri­buye al aumento de peso. El ejercicio actúa de manera cu­riosa en la construcción de la masa muscular. Cuando realizamos activi­dad física se produce una destruc­ción de tejido muscular, especial­mente durante el entrenamiento con pesas. Este proceso, sin embar­go, estimula la producción de nue­vo tejido muscular e incrementa la masa corporal magra.
Llevar a cabo un plan de ejercicios con pesas es de vital importancia cuando pasan los años, dado que la fuerza física es el factor limitante que se observa en la gente mayor. Aun las personas mayores más frágiles que participan de un programa de entrena­miento con pesas pueden incrementar significativamente su fuerza y hasta tripli­car la velocidad con que caminan.

Huesos fuertes con ejercicio regular: El ejercicio ha demostrado proteger al tejido óseo porque al causar una carga física sobre el esqueleto, produce una liberación de hormonas que provocan la multiplicación del tejido celular óseo. Pero, la actividad física por sí sola no es suficiente para combatir la osteoporosis. Factores nutricionales como el calcio y la vitamina C son también importantes, sobre todo en las mujeres menopáusicas (etapa en que los huesos pierden sus minerales). La terapia de reemplazo de estrógeno y el uso de drogas que previenen la pérdida ósea durante la menopausia pueden ser muy útiles, más aún si se combina esta terapia con el ejercicio físico regular.  Y dado que las caídas son las principales culpables de la mayoría de las fracturas, incrementar la fuerza y mejorar el equilibrio se vuelven imprescindibles durante la vejez. Y como no podía ser de otra manera, una vez más la actividad física es el mejor aliado para conseguir estos objetivos.

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