sábado, 21 de diciembre de 2013

Frío o calor: Cómo comer de acuerdo al clima



Según el clima de cada lugar y las diferentes estaciones del año, varían de forma llamativa los hábitos de vida que se relacionan con la alimentación. También el clima incide en la frecuencia con la que se acude a la compra de los alimentos; por ejemplo, en los lugares con temperaturas elevadas es recomendable ir al mercado todos los días. Esto se debe a que la comida se estropea con mayor facilidad en las zonas cálidas o durante el verano, sobre todo cuando las temperaturas superan los 20º centígrados. En este sentido, también es importante señalar que el tipo de productos que se consumen con mayor frecuencia en lugares tropicales, es decir, frutas y verduras, no se conservan más de dos días, ni siquiera en el interior de los frigoríficos.
En la cultura occidental existe la división popular de alimentos frescos para el verano y alimentos calientes para el invierno, y se planifican las dietas a través de una división en proteínas, hidratos de carbono (almidones y azúcares), lípidos o grasa, agua y oligoelementos como las vitaminas y minerales. En cambio, la cultura oriental emplea un lenguaje simbólico para referirse a los alimentos. Por ejemplo, los chinos consideran que la pimienta tiene una energía tipo fuego que puede producir hemorroides, erupciones dérmicas o vesículas purulentas. Por otra parte, los alimentos enfriados artificialmente tienen una energía fría y producen enfermedades por frío como secreción mucosa en los bronquios.

Alimentación sana todo el año

Está claro que la alimentación suele variar de acuerdo a las diferentes temperaturas climáticas. Así, en épocas de frío suelen degustarse comidas más suculentas y energéticas que contribuyen para que el cuerpo afronte las bajas temperaturas. Por otro lado, en tiempos de calor se consumen alimentos más livianos y se ingiere una mayor cantidad de líquido para evitar la deshidratación. Sin embargo, el calor y el frío no deben ser un problema a la hora de seguir una dieta saludable y equilibrada todo el año.
Fuera de toda cuestión climática, los alimentos más recomendados para sentirse vital y lleno de energía son: frutas y verduras de toda variedad, pan integral, pastas, pescados azules (de mar), legumbres, lácteos descremados y aceite de oliva. En definitiva, la forma de preparación de este tipo de comestibles será la que deberá considerarse de acuerdo a las estaciones cálidas o frías. Las frituras y los guisados prevalecerán en invierno, mientras que los platos frescos y asados serán ideales para el verano. Así y todo, jamás debe utilizarse al clima como la excusa para comer cualquier cosa o cometer excesos alimenticios.

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