sábado, 21 de diciembre de 2013

Alimentos dietéticos, calorías y grasas



En la actualidad, los supermercados ofrecen una importante cantidad de productos “bajas calorías”, livianos (light), o sin colesterol. Sin embargo, no todos son tan sanos como se presentan y su utilidad para bajar de peso es muy cuestionada, inclusive algunos de ellos ofrecen un valor nutritivo mucho menor que sus equivalentes normales.
En un alimento, más importante que el porcentaje de grasas es el porcentaje de calorías que aporta la grasa. Para calcular esto debes multiplicar la cantidad de gramos de grasa del alimento por nueve, dividir este resultado por el total de calorías y multiplicarlo por 100. Mediante este cálculo podremos ver que muchos alimentos que sostienen ser reducidos en grasas en realidad son altamente calóricos. Por ejemplo, el queso crema es 30 por ciento de grasa y el 86 por ciento de sus calorías provienen de la grasa. El reducido en grasas tiene 15 por ciento de grasas, la mitad de la versión entera. Sin embargo, el cálculo revela que el porcentaje de calorías que proviene de la grasa es 73, lo que no constituye un "ahorro" significativo. Muchos alimentos dietéticos, como los helados, las galletitas o los yogures bajas calorías, también tienen mayor agregado de azúcar y almidón. En beneficio de la salud y el control del peso, lo mejor es sustituirlos por alimentos realmente saludables como frutas y vegetales. 

Más allá de la grasa

Además de la grasa, otro componente que tiende a desaparecer en los alimentos dietéticos es el azúcar. En la actualidad, muchos productos alimenticios reemplazan todo o parte del azúcar por edulcorantes artificiales con aspartamo y sacarina. Sin embargo, estudios científicos han develado que los edulcorantes aumentan el apetito a largo plazo. Así, lo que en principio se suprimiría de un lado se aumentaría del otro.
Por otra parte, además de los edulcorantes artificiales, la cafeína que está presente en muchas bebidas dietéticas constituye un peligro potencial para salud. La cafeína produce una sensación transitoria de energía, vigor y bienestar. El problema reside en que además produce una gran adicción, y muchos dependen de la cafeína simplemente para obtener el estímulo necesario para funcionar durante el día. Sin embargo, el consumo habitual de cafeína puede producir cansancio o fatiga, dolores de cabeza, depresión, insomnio, irritabilidad y ansiedad.
Lo cierto es que cualquier alimento, por más calorías que contenga, puede servir para perder peso si se lo consume en una dieta controlada en calorías. Es el control de calorías, y no el alimento, lo que produce la pérdida de peso. Aun más, muchos productos dietéticos contienen casi tantas calorías como sus equivalentes no adelgazantes. La única razón por la cual algunos productos pueden contener bajas calorías es que el tamaño de la porción es menor que la del producto clásico.

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