jueves, 26 de diciembre de 2013

Aprende a correr sin lesionarte



Correr es una de las actividades aeróbicas más recreativas que existe. Sin embargo, es una de las que mayores lesiones provoca entre sus adeptos debido a la intensidad de la marcha y al riesgo inminente que existe cada vez que el pie apoya el suelo. Correr sin lastimarse es el secreto para disfrutar íntegramente de la carrera, pues no hay peor cosa que ir a entrenar con el miedo de sentir algún dolor, lesionarse o terminar todo contracturado. Por eso si quieres salir a correr y volver sano y salvo, te recomendamos que sigas atentamente los siguientes consejos; en poco tiempo harás de la carrera el ejercicio más seguro y divertido:

Comienza a correr gradualmente: Cada vez que el cuerpo hace contacto con el suelo, el sistema muscular y esquelético absorbe tres veces el peso de tu cuerpo. Por lo tanto, si corres aproximadamente unos cinco kilómetros por sesión, debes sumarle a tu peso corporal varias toneladas. Por esta razón, antes de recorrer grandes distancias, desarrolla un tono muscular suficiente que te permita soportar los pequeños impactos de la carrera. Lo ideal es comenzar de a poco, e ir incorporando más kilómetros semana tras semana. De entrada nunca te lances a correr una maratón, porque de seguro terminarás en la cama.

Involucra todos los músculos en la carrera: Es un error creer que sólo los músculos de las piernas trabajan en la carrera. También la espalda y la zona lumbar reciben una gran parte de la carga que sufre el cuerpo cuando corre. Además, los abdominales son fundamentales para sujetar el tronco, y tanto brazos como hombros sirven para coordinar los movimientos de las piernas y conservar el equilibrio del cuerpo. Unos movimientos previos de piernas y brazos son ideales para comenzar la carrera en buen estado y evitar así las lesiones que se producen por el entrenamiento en frío. Por otra parte, al terminar de correr realiza siempre ejercicios de estiramiento que te permitan conservar la flexibilidad de los músculos evitando posibles contracturas.

Utiliza el calzado adecuado: Es más que evidente que el calzado es uno de los elementos claves para evitar lesiones. En la carrera hay dos factores decisivos que aumentan el riesgo de lastimarse: la falta de amortiguación y la de estabilidad. Si no hay amortiguación, los músculos tienen que absorber toda la fuerza del impacto. Y por otra parte, la ausencia de estabilidad es determinante, porque si la zapatilla es muy blanda y se deforma con el uso, terminarás pisando mal y sometiendo a tus pies y rodillas a unos apoyos desalineados que pueden tener efectos devastadores.

Toma algunos recaudos: A la hora de correr, muchas veces se pasan por alto algunos aspectos que son realmente importantes para prevenir lesiones. Debes tratar de conservarte en tu peso ideal ya que el sobrepeso puede favorecer el riesgo de lesionarte; elige la tarde o noche para correr ya que el cuerpo está demasiado frío por la mañana; no exijas a tu cuerpo más de lo que puede dar, no importa el tiempo o la distancia recorrida cuando consideres que debes parar, simplemente hazlo; y si sientes dolor, detén la marcha de inmediato y comprueba que todo esté bien, de lo contrario, puedes agravar la situación de una probable lesión.

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