Caminar
es la actividad más flexible y económica que existe: tú eliges la hora y el
lugar donde practicarla y sólo necesitas un buen par de zapatillas y una ropa
de algodón cómoda. Además establecer un programa diario de caminata es el
camino más seguro para perder los kilos de más. Caminando recreas tu mente,
aprovechas los beneficios del aire libre y principalmente cuidas tu salud al
mismo tiempo que tu estética.
Claves para una caminata exitosa
Dar un
paseo por el parque puede ser una salida divertida pero cuando se trata de
tomarlo como un auténtico ejercicio físico, es necesario considerar algunos
aspectos. Lo primero que debes tener en cuenta es el tiempo empleado en el
ejercicio; puedes comenzar con una caminata de 10 a 15 minutos diarios para
acostumbrar al cuerpo. Luego ir incrementando el tiempo semanalmente hasta
llegar a establecer un recorrido de 45 minutos a una hora. Caminar contando
kilómetros no es una buena idea, pues lo importante es el tiempo de
entrenamiento y no la distancia recorrida.
En
segundo lugar, como caminar constituye en sí un entrenamiento físico es preciso
que realices algunos movimientos previos para calentar los músculos y prevenir
lesiones. Al finalizar la sesión, realiza algunos ejercicios de estiramiento
para evitar tensiones y dolores musculares.
Por último, para aprovechar los efectos aeróbicos de la caminata es necesario que realices el ejercicio con una determinada técnica. La forma de mover los pies es muy importante: primero debes apoyar el talón, luego la base y por último balancear el pie hacia delante. Parece fácil, pero a medida que incrementes la intensidad de la marcha se complicará al seguir el ritmo. Concéntrate para que te salga naturalmente. Intenta caminar a un ritmo sostenido si llegar a trotar o correr y balancea los brazos hacia atrás y hacia adelante, sin cruzarlos delante del pecho y doblando los codos en un ángulo de 90º. Esto pone en movimiento más grupos musculares, de modo que tu resistencia cardiovascular y tu fuerza reciben un nuevo impulso y contribuyen a quemar grasas.
Por último, para aprovechar los efectos aeróbicos de la caminata es necesario que realices el ejercicio con una determinada técnica. La forma de mover los pies es muy importante: primero debes apoyar el talón, luego la base y por último balancear el pie hacia delante. Parece fácil, pero a medida que incrementes la intensidad de la marcha se complicará al seguir el ritmo. Concéntrate para que te salga naturalmente. Intenta caminar a un ritmo sostenido si llegar a trotar o correr y balancea los brazos hacia atrás y hacia adelante, sin cruzarlos delante del pecho y doblando los codos en un ángulo de 90º. Esto pone en movimiento más grupos musculares, de modo que tu resistencia cardiovascular y tu fuerza reciben un nuevo impulso y contribuyen a quemar grasas.
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