Energía de la tierra
La
tierra te provee de contención, firmeza, autoafirmación, etc. Por eso, los
ejercicios para obtenerla son:
1. Párate descalzo mirando hacia el Norte con la espalda bien derecha. Separa los pies a la altura de los hombros y extiende los brazos hacia arriba con las palmas de las manos mirando hacia el cielo. Imagínate que tu cuerpo es una columna que une el centro de la tierra ( tus pies) con el cosmos ( tus palmas de las manos).
2. Lentamente une las manos en forma de rezo por encima de tu cabeza, con esto logras cerrar el circuito de la energía.
3. Desciende las manos lentamente a la altura de tu cabeza y frótalas fuertemente. Sentirás una sensación de calor que se propaga por todo tu cuerpo. Así te sentirás aceptado.
1. Párate descalzo mirando hacia el Norte con la espalda bien derecha. Separa los pies a la altura de los hombros y extiende los brazos hacia arriba con las palmas de las manos mirando hacia el cielo. Imagínate que tu cuerpo es una columna que une el centro de la tierra ( tus pies) con el cosmos ( tus palmas de las manos).
2. Lentamente une las manos en forma de rezo por encima de tu cabeza, con esto logras cerrar el circuito de la energía.
3. Desciende las manos lentamente a la altura de tu cabeza y frótalas fuertemente. Sentirás una sensación de calor que se propaga por todo tu cuerpo. Así te sentirás aceptado.
Energía del sol
Los
ejercicios puedes practicarlos tanto al amanecer como al atardecer.
1. Mirando hacia el horizonte, adoptando una actitud receptiva, coloca tus brazos relajados al costado del cuerpo. Coloca las palmas de las manos orientadas hacia el sol y respira profundamente concentrándote en lo que sientes.
2. Si el sol se eleva o desciende, empieza a trotar en el lugar. Sincroniza el movimiento con la respiración, aumentando lentamente el ritmo de la respiración y el trote. Cuando el sol haya terminado su trayecto, debes haber alcanzado tu máxima velocidad en el trote elevando los muslos lo que más puedas. Luego, despacio irás descendiendo la velocidad. De esta manera te sentirás más valorado y motivado.
1. Mirando hacia el horizonte, adoptando una actitud receptiva, coloca tus brazos relajados al costado del cuerpo. Coloca las palmas de las manos orientadas hacia el sol y respira profundamente concentrándote en lo que sientes.
2. Si el sol se eleva o desciende, empieza a trotar en el lugar. Sincroniza el movimiento con la respiración, aumentando lentamente el ritmo de la respiración y el trote. Cuando el sol haya terminado su trayecto, debes haber alcanzado tu máxima velocidad en el trote elevando los muslos lo que más puedas. Luego, despacio irás descendiendo la velocidad. De esta manera te sentirás más valorado y motivado.
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