• En primer lugar, desconfía a priori de las dietas y
regímenes milagrosos. Aún no se ha inventado nada que elimine los kilos de un
plumazo, por más que algunos así se lo anuncien. En cualquier caso, si vas a
iniciar una dieta, no olvides que debe contar con la oportuna supervisión
médica y proveerte todos los nutrientes que necesitas para conservar la salud.
• Para conseguir bajar peso es importante mantener una vida ordenada; intenta comer y cenar todos los días a la misma hora. No sigas dietas que te hagan pasar hambre durante el día, pues lo pagarás por la noche; no comer hace que descienda la concentración de azúcar en la sangre, lo que provoca más hambre.
• Todos los logros conseguidos con una buena dieta pueden venirse abajo por las salidas a comer fuera de casa. Si puedes elegir, elije los restaurantes chinos. La cocina china —por su falta de grasas y abundancia de verduras y legumbres— resulta muy propicia para no engordar; además es económica.
• Evidentemente, el ejercicio regular es una magnífica terapia para adelgazar. Si tus ocupaciones no te permiten otra cosa, ten en cuenta que una hora andando deprisa quema cerca de 200 calorías y la mitad si se anda a paso normal; una hora planchando quema 100 calorías y, si tienes jardín, dedicándole una hora conseguirás quemar casi 200 calorías.
• No olvides que por muy a rajatabla que lleves un régimen, una o dos cervezas o un vaso de vino diario pueden arruinar tus esfuerzos por adelgazar. Suprime totalmente el alcohol en todas sus variedades.
• Un consejo final: Lleva a cabo un plan alimentario, más allá de una dieta o régimen específico, con el convencimiento interior de que va a beneficiar sobre todo a tu cuerpo. “Si no tienes confianza en lo que haces, difícilmente llegarás a buen puerto con tus objetivos”. Para que tu alimentación sea positiva respecto a la pérdida de peso, debes ir fijándote metas accesibles progresivamente, de nada sirve hacer todo de golpe y luego abandonarlo. Recuerda que si aplica algo de “sentido común” a todo lo que haces, los resultados realmente te sorprenderán.
• Para conseguir bajar peso es importante mantener una vida ordenada; intenta comer y cenar todos los días a la misma hora. No sigas dietas que te hagan pasar hambre durante el día, pues lo pagarás por la noche; no comer hace que descienda la concentración de azúcar en la sangre, lo que provoca más hambre.
• Todos los logros conseguidos con una buena dieta pueden venirse abajo por las salidas a comer fuera de casa. Si puedes elegir, elije los restaurantes chinos. La cocina china —por su falta de grasas y abundancia de verduras y legumbres— resulta muy propicia para no engordar; además es económica.
• Evidentemente, el ejercicio regular es una magnífica terapia para adelgazar. Si tus ocupaciones no te permiten otra cosa, ten en cuenta que una hora andando deprisa quema cerca de 200 calorías y la mitad si se anda a paso normal; una hora planchando quema 100 calorías y, si tienes jardín, dedicándole una hora conseguirás quemar casi 200 calorías.
• No olvides que por muy a rajatabla que lleves un régimen, una o dos cervezas o un vaso de vino diario pueden arruinar tus esfuerzos por adelgazar. Suprime totalmente el alcohol en todas sus variedades.
• Un consejo final: Lleva a cabo un plan alimentario, más allá de una dieta o régimen específico, con el convencimiento interior de que va a beneficiar sobre todo a tu cuerpo. “Si no tienes confianza en lo que haces, difícilmente llegarás a buen puerto con tus objetivos”. Para que tu alimentación sea positiva respecto a la pérdida de peso, debes ir fijándote metas accesibles progresivamente, de nada sirve hacer todo de golpe y luego abandonarlo. Recuerda que si aplica algo de “sentido común” a todo lo que haces, los resultados realmente te sorprenderán.
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