viernes, 4 de octubre de 2013

Claves para una dieta anti ansiedad



Un adecuado programa alimentario debe incluir sobre todo variedad de alimentos y comidas. De lo contrario es muy posible que el cuerpo sufra la carencia de algún nutriente. La variedad debe estar acompañada del balance necesario en el consumo de determinados alimentos; por ejemplo, comer un día arroz integral, otro día carne magra, otro pastas y otro pescado. Dar prioridad a los alimentos sanos y naturales sobre los procesados y ricos en grasas y azúcares.
Sobre esas normas generales es como debes organizar una dieta alimentaria que te permita controlar de alguna manera los impulsos generados por un estado de ansiedad. Sin embargo, es necesario que además tengas en cuenta algunos secretos “anti-ansiedad”:
• Bebe un caldo o sopa de verduras antes de almorzar o cenar. De esta forma consigues calmar el hambre voraz y evitas comerte todo lo que está a tu alcance.
• Incorpora en cada comida al menos una porción de vegetales crudos y/o cocidos.
• Consume un postre liviano o dietético, pero no por eso menos rico. 

Los mejores consejos para comer con salud

1. Realiza seis comidas al día, cuatro principales (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y dos colaciones (media mañana y media tarde). Come siempre despacio y evita que cualquier circunstancia externa altere tus emociones en el momento de la comida. Por eso es recomendable no ver televisión o hablar de ciertos temas en la mesa que pueden generar discusiones o preocupaciones. Controlar las emociones a la hora de comer es fundamental para disminuir los estados de ansiedad.
2. Trata de organizar los lugares donde conservas los alimentos de forma tal que elimines todos aquellos que no deberías consumir si deseas mantener la línea. Para ello lo mejor es reemplazar todos aquellos productos dulces y grasosos por otros más livianos y dietéticos. Así, si no puedes controlar el atracón, al menos conseguirás controlar la ingesta de calorías.
3. Disfruta de la comida y siempre concéntrate en el placer de comer. Si te tientas y pierdes el control, no te sientas culpable, regresa nuevamente a la dieta en la próxima comida.
4. Aplica el principio de las “cantidades graduales”, esto es: desayuno suculento, almuerzo cuantioso, merienda moderada y cena liviana. Durante el día la ingesta de comida de ir de mayor a menor cantidad de manera que puedas encarar el día con energía y vitalidad pero también puedas conciliar el sueño durante la noche. Una buena alimentación no sólo repercute en el organismo, también en las emociones.

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