viernes, 3 de enero de 2014

Yoga: Una postura para distender los músculos



Como toda disciplina que implica algún movimiento físico, siempre es necesario poner a punto todo el cuerpo antes de comenzar con una sesión de Yoga propiamente dicha. Así, el “estiramiento inicial” se presenta como una postura básica que sirve para optimizar la flexibilidad de los músculos, preparándolos para posturas más comprometidas y exigentes.
Por otro lado, es necesario considerar que el cuerpo y la mente funcionan mucho mejor si están distendidos y relajados. Además de su función muscular, el “estiramiento inicial” se emplea para aliviar las tensiones y el estrés acumulado durante el día. Por eso, puede llevarse a cabo minutos antes de ir a la cama, para conseguir un sueño placentero y reparador.

Principales beneficios para la salud

• Promueve el estiramiento y la flexibilidad de los músculos en general.
• Contribuye a eliminar las tensiones y calmar los nervios.
• Aporta vigor corporal y contribuye al descanso mental.
• Permite canalizar las ansiedades antes de una práctica Yoga.
• Estimula determinadas zonas corporales optimizando su funcionamiento.

La forma correcta de llevarla a cabo

1. Inicialmente párate con el tronco erguido y la pierna derecha ubicada un paso hacia delante y la izquierda medio paso hacia atrás. Entrelaza las manos detrás de la espalda a la altura de la cintura de manera que los dedos de las manos apunten hacia arriba.
2. Inclina el tronco hacia delante hasta formar un ángulo de 90º con la pierna derecha mientras inhalas profundamente por la nariz. En este movimiento sentirás como el pecho y las costillas se expanden. Al mismo tiempo, el tronco se retraerá levemente.
3. Conservando el peso del cuerpo en la pierna derecha, exhala todo el aire por la boca mientras inclinas la cintura hacia delante en dirección a la pierna derecha. Trata de flexionar ligeramente la pierna derecha para evitar un desgarro. Con el tiempo no hará falta que flexiones las piernas. A la vez inclina todo el tronco hacia delante hasta donde más puedas (pero sin excederte) conservando la espalda y el cuello derechos (sin arquear). Para ello extiende tus glúteos (la cola) levemente hacia atrás.
4. Conserva la postura durante cinco inhalaciones profundas, luego incorpórate lentamente hasta conseguir la posición inicial. Repite la serie pero modificando la posición de las piernas.

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