viernes, 24 de enero de 2014

Los mejores alimentos para prevenir várices



Las várices son un trastorno venoso que se caracteriza por unas protuberancias bulbosas de las venas bajo la piel, especialmente en la parte baja de las piernas. En cada vena hay unas válvulas que controlan el flujo de sangre; las várices se producen cuando estas válvulas pierden eficacia y dejan de funcionar bien. Esto puede deberse a presiones dentro del tracto digestivo, por ejemplo a consecuencia del estreñimiento. Las várices pueden provocar una reducción del aporte de nutrientes a la piel y a los músculos, que pueden gangrenarse y formar úlceras como consecuencia.
La incidencia de várices es relativamente menor en los países menos desarrollados, un hecho que algunos científicos consideran relacionado con los hábitos dietéticos, como por ejemplo, un mayor consumo de fibra en la alimentación diaria. Así es como el consumo de ciertos alimentos, fundamentalmente ricos en fibras y otros nutrientes, previenen la aparición de várices y favorecen una mejor circulación sanguínea. 

Más fibra, menos várices

Se cree que el estreñimiento aumenta la presión sobre las venas de las piernas, favoreciendo la formación de várices. Una dieta rica en fibra reduce el estreñimiento y por consiguiente ayuda a prevenir las várices. Por ejemplo, los cereales integrales (pan, pastas, copos) son recomendables para ayudar a dar volumen a las deposiciones y prevenir el estreñimiento. Los cereales ricos en fibra insoluble dan volumen a las deposiciones y fijan agua. Las deposiciones resultantes, más grandes y blandas, son mucho más fáciles de expulsar, provocando menos esfuerzos y menos presión sobre las venas de las piernas. Al aumentar el consueno de fibra en la dieta, hay que incrementar también el consumo de agua, hasta ocho vasos al día.
Asimismo, las hortalizas crucíferas como el brócoli y el repollo contribuyen a dar volumen a las deposiciones con la fibra insoluble que proporcionan. El aumento del consumo de fibra es especialmente importante durante la gestación, cuando los niveles elevados de la hormona progesterona aminoran las contracciones del intestino grueso, haciendo más probable la incidencia del estreñimiento. 

Venas fuertes con micronutrientes

Existen ciertos nutrientes que fortalecen las paredes de las venas. En este sentido, los alimentos que proporcionan vitamina C (naranjas, pomelos, frambuesas, grosellas negras, frutillas, pimientos y verduras) ayudan a mantener la resistencia de colágeno, el material que ayuda a sostener las paredes de las venas. Por el contrario, la falta de vitamina C en la dieta provoca la rotura de venas pequeñas que pueden empeorar las várices.
También el extracto de arándano rojo ayuda a reparar los tejidos conjuntivos deteriorados de las paredes capilares de las venas, que hacen que las venas se abomben y sobresalgan. Esto sucede gracias a que contienen antioxidantes llamados antocianidinas, que han demostrado reducir las fugas de los vasos sanguíneos pequeños en las personas con várices. Por su parte, los frutos secos, las semillas y el pescado azul contienen ácidos grasos esenciales y su consumo diario ayuda a fortalecer las paredes capilares de las venas.

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