sábado, 11 de enero de 2014

La mejor receta para conservarse delgado



El ejercicio físico es un elemento vital en la búsqueda del peso ideal. Está demostrado que las personas con sobrepeso rara vez se encuentran entre las filas de los que realizan actividades físicas. Así y todo, la inactividad podría ser tanto la causa como la consecuencia de los problemas de peso. Por otro lado, las personas que se someten a dietas controladas para bajar de peso y mantienen sus resultados, son las que mayores chances tienen de hacer ejercicio. Lo cierto es que el ejercicio físico facilita la pérdida de peso a largo plazo y de manera definitiva, mientras que los hábitos alimenticios contribuyen a eliminar los kilos de más de forma rápida pero transitoria. Por tanto, se llega a la conclusión de que los programas de control del peso “siempre” deben incluir ejercicio.
Desde hace ya varios años, los nutricionistas han prescrito como una “mera formalidad” a la actividad física como complemento de las dietas. Esto ha sido así desde el momento en que los profesionales son conscientes de lo difícil que resulta hacer ejercicio para una persona con sobrepeso. Sin embargo, existen razones más que convincentes para hacer del ejercicio físico la mejor receta para conservarse delgado:

1. Con el ejercicio se gasta energía. El ejercicio utiliza calorías, pero algunas personas que hacen dieta cometen el error de creer que pueden quemar las suficientes calorías a través de la actividad de baja intensidad como para permitirse un incremento de la ingestión de comida. Los efectos acumulativos del ejercicio a través de largos períodos de tiempo puede ser sustancial, de modo que incluso los niveles de actividad más modestos son beneficiosos.
2. El ejercicio puede disminuir el apetito voraz. Estudios llevados a cabo indican que el ejercicio puede ayudar a suprimir el apetito en algunas personas. Otros individuos pueden incrementar la ingestión lo suficiente como para compensar el mayor gasto de energía, de modo que los efectos del ejercicio sobre el apetito son neutrales o positivos para la persona que hace dieta. A algunas personas les resulta útil programarse el ejercicio para aquellos momentos en los que suelen comer excesivamente.
3. El ejercicio puede neutralizar los efectos negativos de la obesidad. El ejercicio puede tener efectos positivos sobre la presión sanguínea, el colesterol sérico, la composición corporal y la función cardiorrespiratoria. La personas obesas tienen mayor riesgo de sufrir alteraciones de estas áreas. El ejercicio aportará estos beneficios independientemente de la pérdida de peso. Tal es así, que en este sentido se considera a la actividad física como restauradora de la salud general del organismo.

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