jueves, 6 de marzo de 2014

Té: Propiedades de una bebida milenaria



El té es una bebida que ha recorrido una larga historia, hasta que finalmente se extendió por todo el mundo. Cuando el té se conoció en Occidente, ya hacía siglos que se cultivaba en China. No fue hasta mediados del siglo XVIII que el té se convirtió en una bebida popular, como resultado de la política de la Compañía Británica de las Indias Orientales de abaratar los precios y abrir dicho comercio. En la actualidad, los ingleses beben considerables cantidades de té, tres veces más que los japoneses y diez veces más que los americanos, que prefieren el café.
De acuerdo al país, el té se bebe de diferentes maneras: en Marruecos se prepara un té con leche muy azucarado, al que se añaden con mucha frecuencia hojas de menta; mientras que en Rusia el té se sirve muy cargado, a veces con limón pero nunca con leche. El té indio masala se prepara en una infusión de especias como canela, cardamomo y otras y se le añade muy a menudo leche y mucho azúcar. 

Variedades de té: Para conocer y degustar 

El té se ha convertido en una bebida universal; sin embargo, la terminología con la que se lo describe continúa siendo un misterio para la gran mayoría de consumidores. Es cierto que la mayor parte de nosotros distinguimos un té negro, la variedad que más se bebe en Occidente, y uno verde, el más bebido en Oriente. Pero el resto de términos es casi incomprensible fuera de este comercio. Por ejemplo, el término Orange Pekoe, que aparece en las etiquetas de muchos té negros, indica simplemente el tamaño de la hoja y no tiene ninguna relación con el sabor del té.
Por otro lado, un bebedor asiduo de té ajusta su paladar al sabor y el aroma del preparado, llegando a distinguir diferentes calidades de una misma variedad. También el origen de la plantación determina las diferencias entre un té y otro, al igual que las propiedades de la planta donde se obtiene. El nombre de muchas variedades procede de la región donde se cultiva el té. 

Distintos sabores de una misma bebida

Todos los té proceden de las diferentes variedades del arbusto perenne Camellia sinensis. Pero generalmente, los mejores sabores se encuentran en los té de altitud cultivados en terrazas en las laderas de las montañas. Son más escasos y difíciles de recolectar, por lo que cuestan más que las variedades cultivadas en los llanos.
Una vez realizada la cosecha, lo que se hace con la hoja durante su procesado tiene una relación muy importante con la calidad del té final que se degusta en la taza. El procesado del té no sólo cambia
la hoja para obtener de ésta sus cualidades inherentes, sino que asegura que al finalizar el proceso la hoja no se estropeará. Esto aparece confirmado en una de las tres clasificaciones en las que se agrupan todos los té: té negro, fermentado y con la concentración más elevada de aceites esenciales; té verde, que se fermenta y mantiene el parecido más cercano con la hoja natural, y oolong, un té semifermentado.

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