viernes, 14 de marzo de 2014

Cómo mejorar la capacidad mental y revitalizar el cerebro



La clave para evitar la sensación de “agotamiento mental” está en evitar las situaciones que exigen al cerebro más de lo que éste puede dar. A la vez, es necesario modificar todos aquellos hábitos que promueven el estrés, ya que es el responsable directo de la falta de vitalidad cerebral. El objetivo primordial para tener una mente despejada es evitar bajo todo punto de vista caer en estrés. Si bien el ritmo de vida actual alienta las tensiones y preocupaciones, hay que adoptar una actitud optimista, con pensamientos positivos y una predisposición saludable hacia la diversión y el ocio.
Una excelente propuesta consiste en combinar nuestro trabajo (o cualquier otra obligación cotidiana) con juegos, actividades físicas y reuniones sociales con amigos y familiares. La idea principal es abandonar el esquema rutinario y arriesgarse a hacer cosas diferentes todos los días. De esta manera, la mente no tiene posibilidad de agobiarse, por el contrario, el cerebro fortalece todas sus capacidades. Pequeños juegos (dados, naipes, acertijos y puzzles) pueden ayudar a contrarrestar largas horas de atención, centradas generalmente en actividades monótonas y estresantes. No podemos dejar de trabajar, pero tampoco podemos dejar de jugar, sino la mente se satura. Lo mismo puede hacerse con las actividades familiares, incorporando juegos que involucren tanto a la pareja como a los hijos.

Alimentos y actividades para un cerebro despierto

Si deseamos conservar una mente despierta, es importante cuidar nuestra alimentación. Pues los nutrientes también tienen sus efectos sobre el cerebro, uno de los órganos más importantes del cuerpo. Comer frutas y verduras frescas constituye un aporte indispensable de vitaminas y minerales para mantener un excelente funcionamiento intelectual. Además es esencial aportar antioxidantes al cuerpo a través de los alimentos, ya que estas sustancias neutralizan los efectos de los radicales libres (compuestos tóxicos que se liberan por el organismo cuando trabajan las neuronas). En este sentido, el consumo de alimentos “rojos” promueve un óptimo estado de salud mental. Las frutas y hortalizas rojas (y de color naranja) son una fuente increíble de antioxidante betacaroteno, además de aportar cierta cantidad de vitamina C y E.
Por otro lado, las actividades físicas y deportivas son imprescindibles para despejar la mente e incrementar la creatividad. Cual­quier actividad realizada con placer nos distrae de los problemas y preocupaciones cotidianas, además de modificar positivamente nuestro estado de ánimo. Los efectos que le confiere el ejercicio físico a nuestra salud mental son increíbles: por un lado disminuye la producción de tensiones y la reemplaza por un sentimiento de bienestar y plenitud; y por el otro, proporciona una mayor energía para enfrentar con éxito las situaciones potencialmente estresantes.

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