jueves, 13 de marzo de 2014

Actitud constructiva para evitar la depresión



La incógnita actual de los médicos e investigadores es si realmente el estrés puede considerarse una enfermedad o se convierte en patológico cuando no es administrado correctamente y sus efectos producen una agresión al propio organismo. En este sentido, los estudios que se han llevado a cabo sobre poblaciones humanas que viven en condiciones extremas y también sobre otros seres vivos, promueven la idea de que toda estructura vital tiene la capacidad de dar respuestas positivas a los desafíos existenciales, utilizando recursos que están incorporados mentalmente en cada uno. Cuando estas respuestas son superadas por las demandas, sobreviene la enfermedad y en casos extremos, la muerte.
Así, es estrés se define como la reacción de un organismo vital ante demandas internas y/o externas que opera a través de un mecanismo que nos pone en alerta ante situaciones a resolver y nos otorga el impulso para enfrentarlas. Además, el estrés es muy subjetivo y por eso no se puede gener­alizar, ya que la forma de reacción varía de acuerdo a la personalidad de cada individuo. De la mayor o menor predisposición, actitud y capacidad de cada uno dependerá que el resultado final sea un aprendizaje constructivo o se convierta en una situación estresante. A veces una persona puede entrar en crisis por un pequeño acontecimiento doméstico y otras veces, un gran evento como la pérdida de un ser querido, se transforma en disparador que imprime un giro positivo a la existencia. 

De la crisis al estrés

Las causas de una situación de estrés o crisis no se refieren sólo a hechos presentes, vivencias del pasado o la proyección de acontecimientos futuros. También pueden incidir las relaciones personales, familiares y sociales independientemente del momento donde se desarrollen. En algunos casos, una situación cotidiana y rutinaria puede generar un episodio de estrés en individuos con una personalidad débil o un carácter inestable. Al no poder sortear con éxito un problema, el cuerpo se manifiesta a través de un estado patológico o de enfermedad. De esa forma, las consecuencias del estrés patológico pueden ser pasajeras o instalarse por largos períodos de tiempo, afectando tanto la estructura física (indigestiones, contracturas, etc.) como psicológica (depresión, ansiedad, etc.).
Por otro lado, si el estrés es breve y además positivo, corno ocurre en una relación amorosa o en los eventos deportivos, se experimenta una sensación de euforia estimulada por la propia actividad, la cual una vez concluida voluntariamente otorga al cuerpo la posibilidad de descansar y reponerse. En cambio, cuando el individuo pierde el control sobre la actividad y se prolonga en el tiempo, no permitiendo que su cuerpo y mente reposen, comienzan a aparecer síntomas de una posible enfermedad orgánica y/o mental.

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