viernes, 28 de marzo de 2014

Cuerpo activo: El mejor estímulo mental



La mayoría de las personas desean verse y sentirse bien, aunque muy pocas hacen todo lo necesario para alcanzar ese objetivo. En general, esta realidad se debe a la ausencia del factor más importante en la búsqueda de un cuerpo aceptable: la motivación. Todos reconocemos que la motivación permite conseguir cosas que en principio parecen imposibles, pero las ganas y la decisión de lograrlo, junto a la constancia y al trabajo pueden hacer realidad cada meta que nos proponemos. Por lo tanto, si la intención es comenzar a dedicarle un poco de tiempo a la imagen corporal, y a estar mejor con uno mismo, el primer paso es motivarse y comenzar alguna actividad física para cumplir con los objetivos planteados.
Por otra parte, una decisión como ésta no sólo trae beneficios para la silueta y la salud, sino además refuerza nuestro autoestima y la confianza en nosotros mismos; es decir, produce el estímulo mental necesario para alcanzar la plenitud total. Parece increíble que primero necesitemos motivarnos mentalmente para trabajar el cuerpo, y luego obtener un nuevo estímulo que nos permita sentirnos bien de verdad. 

Más ejercicio para un mayor autoestima

Las actividades físicas no sólo permiten perder algunos kilos de más y modelar el cuerpo, sino que también contribuyen en otros aspectos tan importantes como la autoestima y la propia valoración como ser humano. El concepto que tenemos de nosotros mismos se ve positivamente modificado cuando se comienza a practicar algún deporte con constancia y dedicación, ya que la imagen exterior comienza a verse diferente. Muchas veces enfrentamos el espejo y pensamos que la imagen reflejada en él no es el reflejo de lo que realmente somos en nuestro interior. Por eso debemos cambiar esa imagen externa por otra más sólida y esbelta, que nos denote seguridad y confianza en nosotros mismos.
Cuando no estamos en forma estamos incómodos con nuestro cuerpo, el mismo nos está representando mal y poniendo de manifiesto que faltan fuerzas para atreverse al cambio y que existe una evidente falta de control interno. En este marco, animarse a dedicar un poco de tiempo, no sólo a nuestro cuerpo sino también a nuestra salud, y mantener la constancia hasta comenzar a ver los resultados, ayudará a ver que nuestro cuerpo no es un obstáculo y que puede servir como manifestación de la fuerza y de la voluntad internas, convirtiéndose en un auténtico reflejo de vitalidad y empeño. Todos estos aspectos positivos contribuyen a elevar notablemente la autoestima y nos ayudan a valorar nuestras capacidades físicas y mentales.

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