La mayoría de las personas inactivas denuncian la
“falta de tiempo” como el principal factor que les impide realizar una
actividad física. Este obstáculo puede superarse por medio de una programación
creativa y personalizada que tenga en cuenta el tiempo libre de cada uno.
Aunque los entrenadores personales resultan una gran salida para personas
ocupadas, el costo de éstos no siempre está al alcance de todos. Pero eso no
debe ser un impedimento, puesto que para hacer ejercicio sólo se necesita
voluntad y predisposición: se puede entrenar en un gimnasio, al aire libre, en
el hogar, sólo o con amigos.
Sin embargo, la razón de la "agenda
repleta" suele enmascarar otras barreras más importantes. Una de esas
barreras es el exceso de peso en sí. Tornarse activo puede ser difícil,
agotador y doloroso cuando el cuerpo lleva una carga adicional. Para ello es
necesario proponerse unos objetivos de ejercicio razonables y trazarse un plazo
coherente hasta alcanzar niveles de actividad intensos. Por ejemplo, para las
personas obesas, la opción de actividades de bajo impacto es especialmente
importante. Para mucha gente, obesa o delgada, los paseos regulares suponen una
opción potencialmente positiva. Eso sí, antes de incorporarse a programas de intensidad
"elevada" conviene siempre consultar a un médico.
Salud perdurable a través del ejercicio
Estudios realizados han revelado que una actividad
física modesta y una pérdida de peso modesta aportan beneficios considerables
para la salud. Unos niveles de actividad relativamente bajos se asocian con un
descenso de la mortalidad. El ejercicio de baja intensidad también hace
pronosticar una pérdida de peso. Además, curiosamente, unas pérdidas de peso
pequeñas pueden normalizar la presión sanguínea en algunos sujetos obesos
hipertensos y mejorar el control de los obesos diabéticos de tipo II.
Es
preciso entender la siguiente idea: cualquier
nivel de ejercicio, por pequeño que sea, es mejor que no hacer ejercicio. Cuando
una persona se pregunta si caminar una cuadra es "suficiente", la
respuesta debe ser contundente: es mucho mejor que permanecer inactivo. Además,
es preciso señalar que un esfuerzo semejante representa un compromiso positivo
con uno mismo. La constancia puede ser más importante que el tipo o la cantidad
de ejercicio, y quizá el aspecto más difícil con el que se enfrenta cualquier
persona que desea verse y sentirse bien.
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