La
memoria, como todo, debe ejercitarse para que no pierda su flexibilidad y
efectividad. Si bien es muy difícil aumentar la capacidad de retención de
pensamientos, con la práctica adecuada puede agudizarse el razonamiento crítico
y mejorar la captación visual de textos, objetos, lugares y situaciones. Tan
sólo debes seguir los siguientes consejos:
1. Revertir la falta de atención: Una forma de incrementar el
grado de memoria consiste en prestar mayor atención sobre las cosas y los
sucesos. Es muy común olvidarse del nombre de determinadas calles o de una
conversación con un amigo. Y aunque a primera vista parece una inminente falta
de memoria, lo que en realidad se da es una falta de atención. Por eso es
preciso agudizar los sentidos y detenerse a mirar y escuchar con cuidado cada
acontecimiento, ejercitando siempre la percepción junto con la atención. Así
cada vez que intentes recordar algo, tu memoria dispondrás de más elementos
visuales y cognitivos para que el recuerdo emerja con éxito.
2. Pensar en positivo: Una manera de mejorar la
memoria y el razonamiento consiste en librarse definitivamente de los malos
pensamientos. Aunque parezca mentira, pensar en positivo es una manera de no
perder la memoria. Las preocupaciones y los titubeos son los peores enemigos
del cerebro, pues de nada sirve intentar recordar algo si mientras lo haces
estás preocupado por si te acordarás o no, o si dudas sobre la respuesta que puedes
obtener de tu memoria. Recuerda que la firmeza y la convicción a la hora de
poner en juego la memoria son claves para evitar lagunas mentales.
3. Razonar en lugar de memorizar: No comprender lo que uno
almacena en su memoria es una operación inútil para la inteligencia, que además
perjudica la capacidad de discernimiento. Paradójicamente se cree que tiene
buena memoria aquel que es capaz de repetir un texto sin equivocarse y
exactamente igual del que aparece en el lugar donde lo extrajo. Pero en realidad
la memoria no tiene nada que ver con eso.
La repetición no es algo productivo para la mente y en general no implica un proceso efectivo de aprendizaje, y mucho menos de comprensión y entendimiento. Por eso es preciso entender lo que uno lee, recibe y aprende, para cultivar así una memoria fuerte y eficiente.
La repetición no es algo productivo para la mente y en general no implica un proceso efectivo de aprendizaje, y mucho menos de comprensión y entendimiento. Por eso es preciso entender lo que uno lee, recibe y aprende, para cultivar así una memoria fuerte y eficiente.
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