jueves, 27 de febrero de 2014

Los usos terapéuticos de la musicoterapia



La musicoterapia es mucho más que un método sonoro para modificar el estado de ánimo y elevar el autoestima. Actualmente se le reconocen una serie de aplicaciones terapéuticas que actúan como un eficaz complemento en tratamientos médicos y psiquiátricos. Entre los principales usos, pueden destacarse los siguientes casos:
• Enfermedades psíquicas: la musicoterapia actúa como estímulo a través de experiencias que favorecen la propia identificación, la autoestima, y le ofrecen la seguridad que necesita el enfermo. Mediante la repetición de una estructura musical determinada los pacientes alivian sus temores a lo desconocido.
• Discapacidades físicas: se utiliza la música en el paciente para prevenir sus frustraciones e impulsar sus motivaciones por alcanzar metas de rehabilitación. En estos casos la terapia brinda el mayor número de contactos posibles con el entorno. El dinamismo de la música ayuda a recobrar el ritmo físico en casos de una coordinación muscular defectuosa.
• Trastornos de adicción: se emplea como complemento en el proceso de recuperación del adicto mediante audiciones, improvisaciones, ejercicios de creatividad musical y otras técnicas que pueden desarrollarse individualmente o en grupo.
• Problemas auditivos: la música puede ser un remedio irreemplazable en personas con disminución auditiva. Las vibraciones, transmitidas a través del aire, pueden llegar a ser sentidas por la piel, los músculos y aun por el sistema nervioso del paciente, que será capaz de captar el timbre, la altura, la intensidad e incluso la duración de la música. 

Entre el arte y la ciencia

Como unión de música y terapia, la musicoterapia es a la vez un arte, una ciencia y un proceso de desarrollo interpersonal. Desde un punto de vista artístico, tiene que ver con la subjetividad, la individualidad, la creatividad y la belleza. Después de todo es la aplicación de un arte (la música) lo que produce beneficios para el cuerpo y la mente (a través del uso terapéutico). En cambio, desde una perspectiva científica, la musicoterapia está vinculada con la objetividad, colectividad, replicabilidad y verdad. Por su parte, como un proceso interpersonal, tiene que ver con la empatía, intimidad, comunicación, influencia recíproca y relaciones de roles.
Al ser un arte y una ciencia que se practica dentro de un proceso interpersonal requiere de la integración de muchos elementos aparentemente contradictorios. La musicoterapia puede ser objetiva y subjetiva, individual y colectiva, interpersonal e intrapersonal. Como arte, la musicoterapia se organiza por la ciencia y es focalizada por un proceso interpersonal. Como ciencia se enriquece por el arte y es humanizada por la relación que se establece entre el terapeuta y el cliente. Finalmente, como un proceso interpersonal, explota las características artísticas de la música y los lineamientos científicos de la terapia.

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