miércoles, 19 de febrero de 2014

Las diferentes etapas del sueño



El sueño es una actividad muy compleja, durante su transcurso el cerebro sigue funcionando, prueba de ello son los sueños y la serie de cambios fisiológicos que se producen con variaciones en el funcionamiento cerebral, en el sistema muscular, en la respiración y hasta en el sistema genital. El tono muscular casi desaparece y los músculos se encuentran totalmente relajados; la presión arterial y la frecuencia cardiaca disminuyen, puede aumentar la actividad del sistema digestivo, decrece la actividad del sistema nervioso simpático y el metabolismo basal conjunto del cuerpo disminuye entre el 10 y 20 por ciento.
El sueño está dividido en etapas, que se diferencian por la actividad cerebral que desarrolla la persona mientras duerme. Éstas principalmente se dividen en dos:
MOR: definido como el sueño de movimientos oculares rápidos (REM en inglés por las siglas de Rapid Eyes Movement), llamado también sueño onírico, paradójico o desincronizado; en esta fase el cerebro permanece activo y se registra pérdida del tono muscular.
NMOR (no MOR): llamado sueño de onda lenta, es la fase pasiva o descansada del sueño y a su vez se lo divide en cuatro etapas que, según muestran las imágenes de un electroencefalograma, se van desarrollando y adquiriendo profundidad en forma progresiva.
 

Funcionamiento del sueño 

Las etapas del sueño se van alternando entre ciclos de NMOR seguido de MOR según un patrón o esquema definido, que se repite entre 4 y 6 veces durante un período de 7 a 8 horas de sueño. El sueño normal comienza con el período NMOR, pero si es a la inversa, se puede presentar como síntoma de un probable caso de narcolepsia. El sueño MOR se produce a partir de los 80 minutos o más de iniciado con la fase NMOR.
Investigaciones científicas han determinado que ciertas sustancias químicas como la Serotonina, Noradrenalina y Dopamina, denominadas mediadores químicos cerebrales y cuya función es interconectar las células del cerebro, influyen en la dinámica de las fases del sueño.
Por su parte, la alternancia de sueño y vigilia está determinada por el reloj biológico o ritmo circadiano, que puede alterarse por las perturbaciones que sufren los modos individuales del sueño, dando como consecuencia la alteración de su ciclo. Las características del sueño van variando desde el nacimiento hasta la vejez, ajustándose sus patrones normales a la etapa de la existencia de cada individuo. La predominancia nocturna comienza en las primeras semanas de vida, cuyos patrones bifásicos de vigilia y sueño serán los que se instalarán en forma definitiva.

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