sábado, 10 de agosto de 2013

Menos sal en la dieta para combatir la hipertensión


 
La hipertensión es una enfermedad cuyas causas no han sido determinadas con total exactitud. Por su parte, la mayoría de los hipertensos no saben que padecen la enfermedad. Está claro que los factores que intervienen para que una persona desarrolle hipertensión son diversos.
En una persona con presión arterial alta, el corazón debe trabajar más para bombear la sangre y sufre agotamiento. Si este problema no se trata, se producen daños irreversibles en el corazón y en el cerebro (se acelera la arterioesclerosis), y en los riñones (uno de cada dos hipertensos termina con algún grado de insuficiencia renal). La regla es simple y peligrosa: cuantos más altos son los valores de la presión, más corto es el promedio de vida de las personas.
Existen una serie de elementos que inciden negativamente en la enfermedad pero que pueden modificarse y así prevenir situaciones de hipertensión. Entre ellos figuran el estrés, el sobrepeso u obesidad, el sedentarismo, una dieta desbalanceada y rica en sodio, el consumo excesivo de alcohol y la edad. Quizá, uno de los principales problemas con el que se encuentra el hipertenso es que no sufre síntomas, la enfermedad provoca daños en forma lenta y silenciosa.

Una alimentación baja en sodio


Las modificaciones en el estilo de vida constituyen el único tratamiento en el hipertenso leve. Los casos declarados de hipertensión requieren un tratamiento médico continuo. Y entre las medidas hay que tener en cuenta la reducción del consumo de sodio (o sea sal). La restricción moderada de sal, de 2 a 4 gramos por día, no tiene riesgo y es aconsejable en todo paciente hipertenso.
Una persona que se asegura una ingesta adecuada de calcio, potasio y magnesio acentúa el efecto hipotensor de la restricción de sodio y aumenta su eliminación urinaria. Estos minerales se aportan con una amplia variedad de alimentos que incluyan cereales integrales, legumbres, frutas, hortalizas, jugos naturales, frutas desecadas, frutas secas y lácteos.
Evitar comer alimentos salados o disminuir la cantidad de sal que se agrega al cocinar y en la mesa no significa que los platos deben ser insípidos. No se aconseja usar más sal que la necesaria. Hay que tener en cuenta que hay productos que tienen algo de sodio natural y cuando se les agrega más sal, se les está duplicando esa cantidad, algo innecesario y para algunos, perjudicial.
Se puede comer con gusto y agregar otras hierbas y aderezos en cada plato como limón, laurel, apio, comino, romero, jengibre, mostaza en polvo, extracto de naranja, canela, anís, pimienta, albahaca, perejil, vinagre y aceite, entre otros.
Existen actualmente en el mercado algunas sales con importante reducción en su contenido de sodio (como la sal marina) y que, en algunos casos, pueden ser utilizadas con prudencia. Cuando haya dudas sobre la cantidad de sal que pueda tener un producto (comidas o bebidas), lo mejor será elegir aquellos que en su etiqueta adviertan: "sin sal", "sin agregado de sal" o "bajo contenido de sodio".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario