jueves, 22 de agosto de 2013

Cómo controlar y aliviar la artrosis



Es prácticamente imposible evitar la artrosis cuando el cuerpo tiene que soportar grandes cargas, especialmente en zonas como la rodilla, la cadera y la columna. Sin embargo, existen formas de prevención para evitar la aparición temprana o para controlar y frenar la enfermedad si ya está presente.

Fortalecimiento de la musculatura
En cada uno de los movimientos corporales que se realizan ya sea al caminar, al saltar o al correr se estiran todos los músculos esqueléticos. Durante el momento en que se produce el impulso de movimiento, los músculos amortiguan los golpes, la presión y la fuerza que se produce en el cartílago de la articulación afectada. Esto permite evitar las sobrecargas y las lesiones por el peso.
Por ello, es muy importante fortalecer la musculatura pero no de forma unilateral sino de manera equilibrada, es decir, seguir un entrenamiento de gimnasia que fortalezca uniformemente los principales grupos musculares del cuerpo.

Eludir los esfuerzos unilaterales
Colocar la carga de un solo lado del cuerpo puede ocasionar con el correr del tiempo, un daño muy severo en la articulación afectada con la fuerza. También los esfuerzos que requieren una máxima concentración de fuerza pueden dañar los tejidos y las articulaciones.
Existen determinadas zonas que pueden ser las más afectadas como es el caso de las rodillas, que al momento de saltar deben ser levemente flexionadas y al aterrizar no deben estar rígidas y estiradas porque si no puede causarles una lesión. A su vez, sucede lo mismo con la espalda que cuando se levanta un objeto pesado, ésta debe mantenerse de forma recta para que no sufra una sobrecarga y se lesione.

Frente a un esfuerzo: preparación de las articulaciones
Cabe destacar que cuando se está en descanso, los cartílagos de las articulaciones disminuyen un 10 % su tamaño. Como también se reduce el poder de amortiguación y de soporte, se deben realizar ejercicios como correr, caminar o gimnasia suave que promueven a la articulación la producción de líquido sinovial.
Este líquido recubre toda la zona del cartílago y reduce la fricción cuando se genera el movimiento. Así, aumenta de tamaño el cartílago y proporcionalmente, la capacidad de soporte que genera mayor protección a la articulación aumentando la superficie de apoyo y la amortiguación.

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