viernes, 6 de septiembre de 2013

Carbohidratos para un cuerpo vital


Los carbohidratos son la principal fuente de energía del cuerpo, utilizada tanto por los músculos como por el cerebro. Se trata de una familia muy amplia de alimentos, en la que es necesario distinguir los productos adecuados para una alimentación sana.

El organismo metaboliza o procesa los carbohidratos en glucosa y glucógeno (el equivalente animal del almidón de las plantas). Durante la actividad física, los músculos se alimentan de la glucosa de la sangre y del glucógeno del hígado y de los propios músculos. Si el nivel de glucosa es excesivo, con el tiempo se convierte en grasa, cuya acumulación produce sobrepeso u obesidad. De ahí la importancia de quemar las calorías consumidas.
Los carbohidratos complejos son aquellos que contienen al­midón  y provocan menos caries que los simples o azucarados porque, aunque el proceso digestivo se inicia en la boca, aquéllos se absorben en los intestinos; además, contienen fibra, vi­taminas y minerales en mayor cantidad que los alimen­tos dulces.
Los almidones deben ser parte fun­damental del consumo diario de car­bohidratos (hasta un 55% de la dieta diaria). Los alimentos que los con­tienen en mayor cantidad son los cereales integrales (trigo, avena y arroz), los porotos, la papa y las arvejas. Se ha popularizado tanto el mensaje de que el pan integral es nu­tritivo, que mucha gente piensa que el blanco no lo es, lo cual no es cierto: ambos contienen carbohidra­tos, proteínas, vitaminas y minerales, sólo que el blanco contiene menos fi­bra. Para balancear la alimentación es conveniente aumentar el consumo de cereales, verduras, frutas y legumbres y re­ducir el de carnes, grasas y azúcar refinada.

Menos azúcar, más salud


El azúcar refinada no contiene vitami­nas ni minerales; la miel y el azúcar mascabada los contienen en muy pequeñas cantidades pero su consumo desmedido causa sobrepeso, caries den­tal e hipoglucemia (una especie de adicción a los alimentos dulces). He aquí algunos consejos para reducir el consumo de azúcar y conservar la salud:
• Dejar paulatinamente de endulzar las bebidas calientes. Una vez que se acostumbran a no probar el azúcar, muchas personas revelan que el sa­bor de las bebidas mejora.
• No tomar refrescos; es preferible beber agua o jugo de fruta recién pre­parado y diluido.
• Leer la etiqueta de los alimentos y bebidas envasados y procurar comprar sólo los que no contengan azúcar.
• Comer fruta o un poco de queso al terminar cada alimento en vez de re­matar con postres azucarados.
• No guardar caramelos, chocolates ni pasteles en la casa como un premio o compensación de algo.
• Si se desea comer algo a deshoras, una pequeña ración de verduras cru­das, fruta, yogur, queso o nueces es una bue­na opción. Dichos tentempiés son más nutritivos que los caramelos y no producen caries.

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