El éxito de una
adecuada protección dental depende de dos requisitos indispensables: una
conducta firme y regular de higiene diaria y la utilización de productos
bucales y dentífricos adecuados que incrementen y dilaten la acción
antibacteriana. La dieta también cumple un papel muy importante en el cuidado
de los dientes, sobre todo porque si es muy rica en azúcares (hidratos de
carbono simples) promueve la formación de ácidos que potencian la formación de
caries.
Y en materia de
dientes, siempre vale más prevenir que curar. En la actualidad los tratamientos
odontológicos son uno de los más costosos y también más molestos. Sin embargo, adoptando
ciertos hábitos se pueden conservar los dientes sanos durante toda la vida. El
problema es que la mayoría de las personas no toma real conciencia de su salud
bucal, hasta que comienzan a padecer algún problema en la boca como caries,
sarro o encías enrojecidas. En este sentido, la consulta periódica al
odontólogo puede prevenir males mayores y es menos invasiva que los
tratamientos convencionales una vez que un problema ya se instaló.
Por otra parte,
el continuo cepillado no es sólo el único factor a considerar; la elección de
la pasta de dientes es un tema importante que puede ayudarnos a prolongar la
salud de nuestros dientes. Existe en el mercado una gran variedad, de distintos
sabores, con diversos componentes asociados a acciones específicas, y de
precios variados. Lo mejor es tratar de no ahorrar dinero en esta materia, ya
que una pequeña cantidad de una buena pasta dental en cada cepillado es más que
suficiente para potenciar y prolongar el cuidado de los dientes.
Para dientes a
prueba de todo elige un cepillo de cabeza pequeña y cerdas suaves. Renuévalo
cada tres meses, ya que pasado ese tiempo pierde su efectividad. Ten en cuenta
que un buen cepillado debe durar al menos 3 minutos. Debes repetirlo tres a
cuatro veces al día, con movimientos cortos, suaves pero firmes, tratando de
abarcar todas las caras del diente (siempre en forma circular). Finalmente, usa
el hilo dental al menos una vez al día, para mantener la higiene en las zonas
cercanas a las encías y las superficies que están entre diente y diente.
A cada problema una solución
Placa bacteriana o biofilm: es una película pegajosa casi
transparente, que se forma continuamente cada 40 minutos sobre los dientes, y
termina siendo la responsable de las caries. Está formada por bacterias, saliva
y restos de alimentos. El cepillado adecuado más el hilo dental son los únicos
que pueden controlarla. También los enjuagues bucales ayudan a su control.
Caries: cuando los azúcares se ponen en contacto con ciertas bacterias que están en
la placa, se forman inmediatamente ácidos, los que provocan el deterioro del
esmalte y las posteriores caries dentales. Por eso es importante una higiene
bucal constante y profunda que incluya el uso de tópicos y pasta con flúor. Un
limitado consumo de azúcares retarda la formación de caries mientras que el
consumo de chicles (goma de mascar) con xylitol previene su aparición. En el mercado
existen muchas variedades de chicles que ayudan en la prevención de caries y es
fácil identificarlos ya que los ofrecen las marcas más conocidas.
Sarro: es la acumulación de la placa bacteriana adherida a los dientes, que al no
ser removida correctamente se cristaliza por la acción de los minerales que
contiene la saliva. El sarro da un aspecto amarillento a los dientes. Al
prevenir la placa, el sarro no aparece.
Gingivitis: es la inflamación de las encías producida por las
bacterias que penetran en la unión que existe entre el diente y el borde de la
encía. Se presenta con el enrojecimiento y sangrado de las encías. Este
trastorno puede derivar en periodontitis provocando la pérdida de los dientes.
Puede prevenirse con un cepillado suave y circular de los dientes (en la unión
con las encías).
Súper consejo: El cepillado de la lengua
es tan importante como el de los dientes, ya que allí se encuentra el 70 por
ciento de las bacterias que conviven en la boca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario