Al igual que el cuerpo, la mente necesita
ejercitarse para “mantenerla en forma” y la mejor manera de hacerlo es a través
del estímulo y la creatividad cotidiana. Una mente sana nos asegura un mayor
rendimiento físico para afrontar las exigencias del trabajo, prevenir el estrés
y liberar las tensiones que provocan la rutina diaria.
El momento ideal para practicar los ejercicios
mentales es a la mañana al despertarte y antes de comenzar con tu jornada
laboral. Preparar la mente para sentirte vital y llena de energía es la clave
para que encares positivamente las obligaciones del día a día.
Técnicas de estímulo mental
Los siguientes 3 ejercicios te permitirán estimular
la mente al comenzar al día. Son muy sencillos y deben formar parte de tu
ritual matutino.
1. Cambia los olores: Para cambiar el olor típico de las tus mañanas como
el de café recién hecho, prueba incorporar nuevos aromas como vainilla, limón o
menta. Coloca un extracto de tu fragancia favorita en un recipiente hermético y
consérvalo sobre la mesa de luz durante una semana; luego ábrelo al despertarte
y mientras te vistes. Cambiar periódicamente la asociación de olores con el
comienzo del día activa nuevas vías neuronales.
2. Potencia los sentidos: Una manera de estimular el cerebro y sobre todo el sentido del tacto
y la percepción consiste en higienizarte con los ojos cerrados. Localiza los
grifos y ajusta la temperatura y la presión del agua sin abrir los ojos. Hazlo
sin perder el equilibrio y trata de no quemarte o dañarte. También puedes
lavarte la cara, cepillarte los dientes y afeitarte con los ojos cerrados. Con
el tiempo comenzarás a sentir con las manos las diversas texturas de tu cuerpo
y del ambiente que te rodea.
3. Ejercita otras zonas del cuerpo: Una manera muy efectiva de poner a trabajar los complejos mecanismos
del cerebro es a través del uso de los miembros no dominantes. Por ejemplo: Si
empleas tu mano derecha para cepillarte los dientes, hazlo con la izquierda.
También prueba realizar otras actividades con la mano no dominante como
peinarte, maquillarte, abrocharte los botones, desayunar o usar el control
remoto del televisor.
Como variante intenta utilizar una sola mano para
prenderte la camisa, ponerte los zapatos o vestirte. Más aún, realiza este
ejercicio con la mano no dominante. Con el tiempo no sólo mejorarás la técnica
sino que además aprovecharás todo tu cuerpo.
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