jueves, 17 de octubre de 2013

Optimiza el funcionamiento digestivo de tu cuerpo



Comer en exceso es un mal hábito que la mayoría de las personas cometen, pero esto no sólo produce un sobrepeso sino que afecta el normal funcionamiento del estómago, intestino, hígado y páncreas. El exceso de comida frecuente trae como primera consecuencia el agrandamiento del estómago lo que genera un circulo vicioso: cada vez se come más y por ende se engorda más. Con kilos de más el cuerpo siente pesadez, falta de movilidad, dolores de espalda y cintura, y una menor resistencia física. Para reducir el tamaño del estómago hay que tener en cuenta los siguientes lineamientos básicos:
• Comer despacio.
• Masticar bien los alimentos.
• Consumir alimentos fáciles de digerir. Evitar las carnes con muchos nervios o las verduras muy fibrosas.
• Evitar las bebidas gaseosas y los alimentos que producen gases.
• Tratar de comer siempre a las mismas horas con igual cantidad de alimentos por vez.
• Dividir los alimentos en 6 comidas diarias en vez de cuatro, agregando una colación a media mañana y media tarde.
• Adecuar la cantidad de alimentos a la actividad física que se realiza.
• Beber líquidos frescos periódicamente. Además de producir sensación de saciedad contraen el estómago produciendo a la larga una reducción del mismo.
• Evitar beber líquidos calientes, siempre deben consumirse tibios.
• Estos consejos te ayudarán a reeducar tu estómago y a adquirir hábitos saludables para aplicarlos como parte de un nuevo estilo de vida: más sano y libre de toxinas. 

Intestinos en forma, sinónimo de cuerpo liviano

Un correcto funcionamiento intestinal es indispensable para mantener el peso y conservar la salud. Pues aquello que no se elimina se acumula, y por ende termina intoxicando al organismo. Para normalizar este órgano es preciso ir de cuerpo las veces necesarias por día para evitar la acumulación de desechos tóxicos. Y como todas las cosas, existen consejos útiles para lograr que eso suceda:
• Masticar bien los alimentos.
• Comer de manera regular, en los mismos horarios y con la misma cantidad de comida.
• Beber mucho agua diariamente.
• Consumir mucha fibra (presentes en las frutas, verduras y cereales integrales).
• Realizar ejercicios abdominales al levantarse.
• Tratar de ir de cuerpo una vez al día, a la misma hora y si es posible después de levantarse.
• Desayunar jugo de naranjas (antes que otra cosa), pan integral  con queso y leche desnatada.
• Debes transformar estos consejos en hábitos cotidianos hasta conseguir un “intestino en forma”. Aunque jamás deberías abandonarlos si deseas un organismo limpio y puro de por vida.

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