martes, 26 de marzo de 2013

Prepara comidas rápidas, sanas y nutritivas




En la actualidad el concepto de “comida rápida” o fast food está asociado con preparaciones poco saludables, ricas en grasas y condimentos. Sin embargo, la comida rápida no es más que una solución práctica en momentos donde el tiempo es escaso. Tal es así, que las personas que trabajan todo el día fuera de sus casas son las principales consumidoras de este tipo de comidas. Y no necesariamente todos recurren a las clásicas hamburguesas con patatas fritas, sándwiches de queso y jamón, salchichas o pizzas; hay quienes eligen las preparaciones naturales y caseras, ya sea para ahorrar dinero, bajar de peso o cuidar su salud. Pero el propósito de todos es comer bien, de manera saludable, económica y apetitosa. Y para ello sólo basta seguir algunas pautas gastronómicas para hacer de una comida rápida un verdadero manjar:



Sándwiches nutritivos: Los sándwiches o emparedados elaborados con pan integral y verduras (tanto crudas como cocidas) reemplazan un plato de pastas o cereales, y constituyen un almuerzo ligero pero no menos nutritivo. Se puede incluir además un trozo de pollo a la plancha (en forma de filete) y aderezos naturales a base de zanahoria picada y aceite de oliva. Esta opción además es fácil de preparar y puede conservarse en cualquier lado.

Ensaladas mixtas y coloridas: La excusa número uno que surge cuando se habla de verduras, es que se necesita tiempo para prepararlas. Y la verdad que tanto crudas como cocidas, son uno de los alimentos más fáciles de preparar. Por ejemplo, las ensaladas además de guarniciones son platos en sí mismas y vienen bien a cualquier hora.

Frutas de estación: Además de dulces, ricas y refrescantes, las frutas aportan una importante cantidad de agua, vitaminas y azúcares a nuestro organismo. Una fruta no sólo calma el hambre, sino que además permite un mayor control calórico que otros alimentos (como el caso de las golosinas y los dulces).

Lácteos desnatados (descremados): Tanto los licuados o batidos con leche, los yogures y los quesos blancos magros son excelentes alternativas a la hora de saciar el hambre repentino. Si bien no pueden reemplazar una comida fuerte como el almuerzo, como tentempiés o colaciones son incomparables. Además de aportar calcio, hierro y vitaminas, mejoran la flora intestinal y fortalecen los huesos. Estos productos nunca deben faltar si se desea comer sano y variado.

Platos fríos: No siempre se cuenta con los recursos necesarios para preparar un plato caliente en los recesos del trabajo. Para ello, lo mejor es preparar una carne (ternera, pollo o pescado) salteada con verduras al horno la noche anterior. Así se puede consumir como plato frío en la oficina aprovechando todos los beneficios de una comida sana y nutritiva. También los platos con huevos, verduras y legumbres son estupendos para salir del paso. Lamentablemente, las pastas quedan afuera porque frías son poco digeribles (aunque ciertas variedades de fideos pueden consumirse en ensaladas).

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