jueves, 7 de marzo de 2013

Dieta Atkins: Una moda poco saludable




Unos de los libros más polémicos y con más vigencia sobre dietas es “La revolución Dietética” del Dr. Robert Atkins. Más de 30 años desde su primera edición en los Estados Unidos, la “Dieta Atkins”-como se la conoce mundialmente- es un emblema en la historia de la nutrición sobre pérdida de peso. Incluso hoy a 10 años de la muerte de Atkins (como consecuencia de un accidente), su “Revolución Dietética” sigue dando que hablar, y mucho.

Pero qué es lo que hizo el Dr. Atkins para llamar tanto la atención con su libro. Lo primero que planteó es la responsabilidad de los Carbohidratos (almidones y azúcares) en los problemas de sobrepeso y obesidad, además de la falta de energía y vitalidad corporal en quienes llevan una dieta diaria rica en carbohidratos. Inteligentemente Atkins siempre se refiere a ellos como “carbohidratos refinados” (azúcar blanco, harinas blancas y todos los productos elaborados con estos dos ingredientes). Esto puso de cabeza al ABC de la nutrición de las últimas cuatro décadas, y que se sostiene hasta la actualidad: los Carbohidratos como la base de la alimentación saludable y equilibrada.

Al reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos a una ínfima porción en la dieta, el cuerpo entra en un estado de cetosis, lo que significa que quema su propia grasa como combustible. Durante la cetosis, el cuerpo obtiene energía a partir de cetonas, pequeños fragmentos de carbón que son el combustible creado por la ruptura de las reservas de grasa. En este estado se tiende a sentir menos hambre, y por lo tanto es muy probable que uno coma menos de lo que lo haría de otra forma. Sin embargo, la cetosis también puede causar una variedad de efectos desagradables (como aliento con olor inusual y estreñimiento).
Como resultado de este proceso iniciado en un alto consumo de proteínas y un inexistente consumo de carbohidratos, el cuerpo cambia de un motor de combustión de carbohidratos a un motor quema grasas. Así las reservas de grasa pasan a ser la fuente de energía primaria y se comienza a perder peso. Pero, ¿qué sucede a largo plazo? Muchos profesionales de la salud cuestionan los efectos de la Dieta Atkins en períodos prolongados.

Ahora bien, personalmente comparto la idea de lo nocivos que son para el cuerpo los carbohidratos simples (conocidos como “azúcares”) y aquellos carbohidratos complejos o almidones provenientes de productos refinados o “blancos”. Pero de ahí a desterrarlos a todos los carbohidratos de la dieta prácticamente para siempre, hay una gran diferencia conceptual. Hoy el trabajo intelectual ha sobrepasado al trabajo físico en la mayoría de los empleos, y el cerebro necesita glucosa para funcionar en forma óptima, obteniéndola de los carbohidratos.
El valor de los carbohidratos de alta calidad en la nutrición es indudable. Una dieta rica en cereales integrales, granos, frutas y verduras es altamente saludable al cuerpo ya que aporta energía de calidad (cosa que no sucede con el azúcar blanco) y enormes cantidades de micronutrientes esenciales, como vitaminas y minerales. Tan importante como esto es el consumo de proteínas de alto valor biológico y grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas (aceites vegetales, pescados). Pues la importancia de todos los nutrientes esenciales no se reconoce en la “Dieta Atkins”, sólo el de las proteínas y las grasas.
Por otra parte lleva el tema de los carbohidratos a sus efectos en el organismo desde el punto de vista de la historia de la humanidad. Pero no podemos obviar la evolución del hombre y el contexto actual, el incremento del trabajo intelectual, la industrialización, etc. Porque de otro modo deberíamos salir a cazar animales en medio de la selva para alimentarnos como cavernícolas. Este punto es engañoso, porque si bien Atkins siempre hace referencia a los carbohidratos de mala calidad (presente en gaseosas, snacks, pastelería, galletas), la impresión que a uno le queda es que los Carbohidratos son dañinos en todas sus formas. Además habla de enfermedades del metabolismo y cómo los niveles de azúcar en sangre alteran nuestra calidad de vida. Es decir, quien consume carbohidratos y posee sobrepeso de alguna manera, para Atkins, se presupone como un prediabético. Es aquí donde no se consideran factores como el estrés, responsable también de la falta de energía, fatiga y cansancio. Y en el análisis histórico tampoco Atkins menciona las dietas de las culturas mediterráneas (que incluyen el consumo de grandes cantidades de carbohidratos) o las dietas de las poblaciones asiáticas, basadas en su gran mayoría en preparados a base de arroz (un alimento rico en carbohidratos). Además algunas poblaciones de Oriente son las más longevas del mundo, precisamente por el alto consumo de carbohidratos en su dieta y el estilo de vida libre de estrés.

La Dieta Atkins es básicamente una dieta hiperproteica, rica en proteínas y grasas de origen animal. También es una dieta disociada ya que no aconseja el consumo de proteínas y carbohidratos en un mismo plato (esto se deduce claramente de los menús que propone). En síntesis es una dieta estricta peligrosa para el organismo si se sigue a largo plazo. Al ser privativa de un macronutriente, como los carbohidratos, el cuerpo puede sobrecargar el trabajo del hígado, los riñones y el colon, debido a las grandes ingestas de proteínas y grasas. Lo mejor que tiene la Dieta Atkins es el lenguaje en la cual está escrita, el marketing a lo largo de los años y la publicidad que algunos artistas de Hollywood le han hecho. Es cierto que con esta dieta se baja de peso rápidamente en las primeras semanas, pero el precio que se paga a largo plazo puede ser demasiado alto. Además al final del libro el mismo Dr. Atkins reconoce que esta dieta debe seguirse toda la vida, sino el peso volverá. Sin embargo no puedo llegar a imaginarme un estilo de vida saludable desayunando toda la vida cantidades de huevos fritos con tocino, café negro con crema y tortillas de fiambre con mostaza.

Sigo defendiendo la distribución de nutrientes que aporte a la dieta diaria la suficiente cantidad de carbohidratos complejos (de alta calidad), grasas y proteínas. Una dieta equilibrada es precisamente eso: equilibrio. Algo de lo que parece carecer la Dieta Atkins.

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