viernes, 22 de marzo de 2013

Dos técnicas para revertir el agotamiento mental



El agotamiento mental es el principal responsable del desgano y el cansancio general del cuerpo. Aunque parezca increíble, es preciso recrear la mente para recobrar las ganas de hacer cosas. Muchas personas que se encuentran agobiadas por los problemas y las preocupaciones no encuentran una solución efectiva a su problema de cansancio mental. Sin embargo la salida puede ser más sencilla de lo que parece.
A continuación te propongo dos técnicas prácticas para conseguir una relajación integral tanto física como mental, que te permitirá desechar de la mente todas tus preocupaciones y remordimientos, renovando así tu energía psicofísica. Puedes llevar a cabo ambas técnicas a la mañana al despertarte o a la noche antes de conciliar el sueño (al menos debes esperar dos horas después de cenar):

1. Respiración depurativa
Primero párate con los pies separados a un ancho de hombros. Respira por la nariz durante algunos segundos hasta sentir los pulmones tonificados. Luego expulsa el aire por la boca al mismo tiempo que dejas caer la parte superior de tu cuerpo hacia delante, hasta tocar el suelo con las manos. Una vez bien relajado, enderézate lentamente, inhalando el aire mientras cuentas mentalmente hasta ocho. No sueltes el aire hasta estar parada de nuevo.
Deberás emplear unos 20 minutos para conseguir resultados eficaces. Es recomendable realizarlo al final de un día exhaustivo.

2. Relajación localizada
Primero aumenta la tensión de todo el cuerpo mientras cuentas progresivamente hasta cinco. Luego, inhala bien profundo y, al exhalar, libera la tensión acumulada repitiendo mentalmente la palabra "relájate". Ahora, cierra los ojos y concéntrate en cada una de las partes del cuerpo, que irás "tensando y relajando por unos segundos" en el siguiente orden:

  • Los tobillos, tirando la punta de los pies hacia arriba.
  • Las piernas, primero las pantorrillas y luego los muslos contrayendo y distendiendo los músculos.
  • Los glúteos, comprimiéndolos con fuerza.
  • El abdomen, ahuecándolo al máximo.
  • El pecho, tensando los hombros y cerrando fuerte los puños.
  • Los hombros, encogiéndolos hacia arriba.
  • La garganta, hundiendo el mentón en el pecho.
  • La nuca y la cabeza, presionándolas contra la parte posterior de los hombros.
  • La cara, estirando con las manos los músculos de las mejillas con fuerza hacia arriba.

*Luego de dos o tres semanas que te acostumbres a estos ejercicios, conseguirás controlar tus pensamientos y actitudes frente a los problemas cotidianos, revirtiendo el agotamiento mental y previniendo futuras recaídas.

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