miércoles, 13 de marzo de 2013

Claves para conservar una dentadura a prueba de todo




El éxito de una adecuada protección dental depende de dos requisitos indispensables: una conducta firme y regular de higiene diaria y la utilización de productos bucales y dentífricos adecuados que incrementen y dilaten la acción antibacteriana. La dieta también cumple un papel muy importante en el cuidado de los dientes, sobre todo porque si es muy rica en azúcares (hidratos de carbono simples) promueve la formación de ácidos que potencian la formación de caries.
Y en materia de dientes, siempre vale más prevenir que curar. En la actualidad los tratamientos odontológicos son uno de los más costosos y también más molestos. Sin embargo, adoptando ciertos hábitos se pueden conservar los dientes sanos durante toda la vida. El problema es que la mayoría de las personas no toma real conciencia de su salud bucal, hasta que comienzan a padecer algún problema en la boca como caries, sarro o encías enrojecidas. En este sentido, la consulta periódica al odontólogo puede prevenir males mayores y es menos invasiva que los tratamientos convencionales una vez que un problema ya se instaló.

Por otra parte, el continuo cepillado no es sólo el único factor a considerar; la elección de la pasta de dientes es un tema importante que puede ayudarnos a prolongar la salud de nuestros dientes. Existe en el mercado una gran variedad, de distintos sabores, con diversos componentes asociados a acciones específicas, y de precios variados. Lo mejor es tratar de no ahorrar dinero en esta materia, ya que una pequeña cantidad de una buena pasta dental en cada cepillado es más que suficiente para potenciar y prolongar el cuidado de los dientes.
Para dientes a prueba de todo elige un cepillo de cabeza pequeña y cerdas suaves. Renuévalo cada tres meses, ya que pasado ese tiempo pierde su efectividad. Ten en cuenta que un buen cepillado debe durar al menos 3 minutos. Debes repetirlo tres a cuatro veces al día, con movimientos cortos, suaves pero firmes, tratando de abarcar todas las caras del diente (siempre en forma circular). Finalmente, usa el hilo dental al menos una vez al día, para mantener la higiene en las zonas cercanas a las encías y las superficies que están entre diente y diente.

A cada problema una solución

Placa bacteriana o biofilm: es una película pegajosa casi transparente, que se forma continuamente cada 40 minutos sobre los dientes, y termina siendo la responsable de las caries. Está formada por bacterias, saliva y restos de alimentos. El cepillado adecuado más el hilo dental son los únicos que pueden controlarla. También los enjuagues bucales ayudan a su control.  
Caries: cuando los azúcares se ponen en contacto con ciertas bacterias que están en la placa, se forman inmediatamente ácidos, los que provocan el deterioro del esmalte y las posteriores caries dentales. Por eso es importante una higiene bucal constante y profunda que incluya el uso de tópicos y pasta con flúor. Un limitado consumo de azúcares retarda la formación de caries mientras que el consumo de chicles (goma de mascar) con xylitol previene su aparición. En el mercado existen muchas variedades de chicles que ayudan en la prevención de caries y es fácil identificarlos ya que los ofrecen las marcas más conocidas.
Sarro: es la acumulación de la placa bacteriana adherida a los dientes, que al no ser removida correctamente se cristaliza por la acción de los minerales que contiene la saliva. El sarro da un aspecto amarillento a los dientes. Al prevenir la placa, el sarro no aparece.
Gingivitis: es la inflamación de las encías producida por las bacterias que penetran en la unión que existe entre el diente y el borde de la encía. Se presenta con el enrojecimiento y sangrado de las encías. Este trastorno puede derivar en periodontitis provocando la pérdida de los dientes. Puede prevenirse con un cepillado suave y circular de los dientes (en la unión con las encías).

Súper consejo: El cepillado de la lengua es tan importante como el de los dientes, ya que allí se encuentra el 70 por ciento de las bacterias que conviven en la boca.

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