jueves, 21 de marzo de 2013

Baños en la ducha para revitalizar tu cuerpo



La ducha matinal es un ritual del que prácticamente nadie escapa. Muchas personas sienten la necesidad de ducharse antes de comenzar el día, y aunque lo consideran una mera cuestión de gusto, es una terapia que el cuerpo utiliza para revitalizarse. Una lluvia corporal de agua templada revitaliza los tejidos, estimula la circulación y aumenta el nivel de energía. Si además se aprovecha la sesión para aplicar un masaje circular con un guante de crin empapado con crema trasparente de aloe vera, los efectos se multiplican. Los principios activos que posee el aloe vera más la acción del masaje, sirven para eliminar las células muertas, alisando la piel y equilibrando su humectación.
También se puede obtener una sensación de bienestar total si se utilizan productos de baño con diferentes esencias, que actúan principalmente sobre las emociones. Determinados aromas envían una señal al sistema nervioso a través del olfato que, a su vez, responde con impulsos que modifican el humor. De esta forma se pueden prevenir los efectos negativos del estrés, estimulando la relajación y restableciendo el equilibrio emocional. Los aromas más recomendables para el baño son el de rosa (por su poder antidepresivo), menta (refrescante y vigorizante), limón (refrescante, purificador y desinfectante), mandarina (estimulante), lavanda (sedante, descongestivo y analgésico) y manzanilla (potente calmante y descongestivo).

Pautas para una ducha vigorizante


  • La temperatura y la presión del agua son importantes para sacar el máximo provecho a los minutos bajo la ducha. Si disponemos de regulador de presión del agua en la cabeza de la ducha, podemos utilizarlo como un verdadero masaje, e insistir en las partes del cuerpo con mayor tendencia a la flaccidez. En cuanto a la temperatura, una buena táctica consiste en empezar con agua caliente, de 25 a 36 ºC, y terminar con agua más fresca, entre 24 y 18 ºC.
  • Por otro lado, un excelente tratamiento reafirmante consiste en ir intercalando chorros de agua fría y caliente. El agua fría contrae los capilares y la caliente los dilata, por esta razón se produce una especie de gimnasio que hace que los vasos sanguíneos sean más elásticos, favoreciendo de este modo la circulación y tonificación de los tejidos. Está especialmente indicado para los casos de edemas y várices, aunque siempre conviene consultar al médico antes de llevarlo a cabo.
  • Finalmente, una limpieza profunda de la piel y su hidratación, se consiguen con el uso de geles o jabones líquidos que se aplican fácilmente con una esponja y forman una espuma muy agradable. Estos productos además de ayudar a la higiene corporal, dejan la piel suave, hidratada y, dependiendo de los componentes, reafirman, descongestionan, actúan sobre la celulitis, tonifican y hasta mejoran el sistema circulatorio.

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