lunes, 22 de abril de 2013

Las mejores estrategias para derrotar el estrés (parte 1)



El estrés es un estado del organismo que se manifiesta luego de enfrentar una determinada situación, ya sea de preocupación o alegría. Aunque es normal, si se prolonga en el tiempo puede provocar diferentes trastornos orgánicos y mentales; como por ejemplo: estados de ansiedad, problemas digestivos, palpitaciones, depresión, entre otros. Ejercer un total y completo control sobre un estado de estrés es la clave para evitar daños a la salud. Para ello se han ideado una serie de estrategias basadas principalmente en la selección de métodos para cultivar una actitud serena, tranquila y optimista; sumamente necesaria para manejar las situaciones y problemas cotidianos sin estrés ni tensiones.

Relajarse para vivir más tranquila: La relajación es la base de la felicidad. Aunque parezca exagerado, vivir relajado es de alguna manera vivir feliz y con salud. Si bien existen muchas formas de relajación, adoptar una actitud más relajada y tranquila frente a los problemas puede ayudar mucho para evitar los picos de estrés. Como estrategias de relajación pueden destacarse las siguientes actividades:  

  • Hacer pausas recreativas durante las horas de trabajo.
  • Tomar pequeñas vacaciones hasta cuatro veces al año.
  • Disfrutar de diferentes pasatiempos y dedicar tiempo a las actividades artísticas y recreativas.
  • Hacer ejercicios respiratorios, meditar o practicar yoga.
  • Escribir un diario, ver películas divertidas.
  • Relacionarse con amigos, disfrutar del aire libre, tener mascotas.
  • Tomar un baño caliente y perfumado, dedicarle tiempo a la estética y la belleza.


No perder el control: Es muy importante conservar el control y mejorar nuestra capacidad para superar las situaciones estresantes. Para ello debemos ser positivos, ni pasivos o agresivos. También podemos considerar las siguientes estrategias:

  • Asistir a un curso de reafirmación personal si nos cuesta manejar los impulsos.
  • Definir problemas, escoger metas y elaborar un plan para conseguirlas.
  • Prestar especial atención a nuestras propias necesidades e intereses.
  • Tratar de conservar una decisión cuando ya ha sido tomada. En este sentido, cada decisión siempre implica renunciar a algo.


Seguir una dieta sana: Durante un estado de estrés, el organismo consume los nutrientes más rápido de lo habitual. Esto puede causar carencias y una inminente disminución de inmunidad, a menos que los nutrientes se repongan con alimentos o suplementos. Para ello es necesario respetar las siguientes pautas:

  • Comer relajada y respetando siempre los mismos horarios.
  • Consumir alimentos ricos en vitaminas A, B, C y E, flavonoides, calcio, magnesio, selenio y ácidos grasos esenciales.
  • Reducir la ingesta de cafeína y bebidas alcohólicas.
  • Comer más frutas, verduras y cereales integrales. Reducir al mismo tiempo las proteínas animales y los alimentos refinados hechos con harina blanca o azúcar extra (suelen reducir la función inmunológica).

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