jueves, 18 de abril de 2013

5 preguntas frecuentes sobre el “envejecimiento”




Estas son las preguntas que muchas mujeres se hacen a la hora de conocer cómo pueden evitar el inevitable paso del tiempo para mantenerse siempre vitales y jóvenes.

¿El hábito de fumar acelera el proceso de envejecimiento?
Las mujeres que tienen el hábito de fumar tienen la piel con menos pigmentación y las arrugas se les marcan muchísimo más. Esto se debe a que la nicotina y el alquitrán, principales elementos nocivos presentes en el tabaco, forman depósitos sobre la epidermis, no permitiéndoles respirar. Esta drástica disminución de oxígeno perjudica la normal circulación en los capilares, promoviendo el proceso de deshidratación. Estos factores frenan la renovación celular, acelerando notoriamente el proceso de envejecimiento de la piel.


¿Qué factores además del cigarrillo deterioran la juventud de la piel y el cuerpo?
La piel se deteriora en forma notoria e inmediata con la falta de descanso adecuado. No sólo se necesita dormir regularmente al menos seis horas cada día, sino que hay que asegurarse que ese descanso sea placentero. Las alteraciones del sueño deben ser controladas, porque además de las consecuencias en la salud epidérmica, afectan considerablemente al sistema nervioso.
También es necesario tomarse las obligaciones con mayor calma y tranquilidad. La piel registra como un mapa las marcas del estrés, las angustias y el exceso de preocupaciones. Para ello nada mejor que encarar un plan de relajación corporal que le permita al organismo liberar el estrés y conciliar un sueño reparador.

¿Llevar una vida sana me asegura un aspecto más juvenil?
Una vida sana basada en una dieta alimenticia balanceada y natural combinada con una actividad física regular y moderada repercute positivamente en todo el organismo y no sólo en el aspecto estético. Sin embargo, a veces es preciso tomar ciertos recaudos respecto a los agentes naturales, como el viento y el frío, ya que atentan directamente contra la piel. Una exposición abierta al frío deshidrata la epidermis, y esta acción es potenciada por el viento, que intensifica las bajas temperaturas y ayuda a que los efectos del frío se aceleren y propaguen. Cubrir sobre todo el rostro, cuello y manos de las temperaturas extremas puede ayudar notablemente a conservar siempre una piel saludable y sin deterioros.

¿Tomar sol produce un envejecimiento precoz?
La consecuencia dermatológica crónica quizá más temida frente a una inadecuada exposición al sol es el denominado “fotoenvejecimiento” o envejecimiento precoz, con consecuencias visibles y graves para la piel: arrugas, sequedad, tono amarillento, manchas, lunares y en algunos cuadros más complejos hasta cáncer de piel. Por eso, es importante conocer los horarios adecuados de exposición ya que existen momentos del día en los cuales cualquier protección es insuficiente, y las radiaciones solares provocan daños de diversos grados y consecuencias. Eso no quiere decir que el sol deba descartarse ya que es uno de los principales formadores de vitamina D en el organismo, además mejora el carácter y promueve el optimismo y la alegría (los pueblos tropicales son el mejor ejemplo de ello). La clave está en tomar poco tiempo, con la protección adecuada y en los horarios permitidos (antes de las 10 de la mañana y después de las 5 de la tarde en verano).

¿Cuál es el secreto para mantener un aspecto siempre joven?
En principio, hay que tratar de mantener la piel siempre limpia y evitar dañarla. Masajearla con frecuencia puede mejorar la circulación, e hidratarla puede ayudar a protegerla contra la contaminación, la suciedad y la deshidratación. El uso de cremas protectoras solares y mantener la piel cubierta cuando quema el sol reduce el riesgo de adquirir un cáncer de piel, especialmente para las personas de piel clara.
Además el consumo regular de determinados alimentos contribuye notablemente a mejorar el estado de salud de la piel, y la protege de las agresiones externas como el viento, el sol y el polvo. Entre los más benéficos se encuentran las paltas, las carnes rojas magras, los cítricos (en todas sus variedades), las batatas y las zanahorias. También las semillas de girasol y lino, los pescados (atún, sardina, salmón y arenque) y el hígado de vaca son alimentos que deben consumirse para conservar una piel sana y jovial.

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