viernes, 3 de mayo de 2013

Tratamientos benéficos con agua



La "hidroterapia" es un método terapéutico curativo que utiliza procedimientos capaces de modificar el estado del organismo, valiéndose siempre del agua como una herramienta directa. En este sentido, el agua se limita a ser el elemento capaz de administrar frío, calor o fuerza, de acuerdo al tratamiento terapéutico indicado. En la aplicación del agua fría se encuentra el pilar fundamental del método hidroterápico, especialmente sugerido en el tratamiento de las más diversas enfermedades crónicas. El empleo de agua templada o caliente queda reservado a afecciones de origen artrítico, reumático o del sistema nervioso.
Por otro lado, la aplicación de la hidroterapia en todo tratamiento médico o naturista, está sometido a indicaciones precisas que, aplicadas con criterio, son el complemento ideal de todo tratamiento de medicina natural, debido a que produce efectos muy saludables. Sin embargo, estos métodos aplicados sin el conocimiento necesario, pueden llegar a causar tanto daño como cualquier medicina o tratamiento que se utilice sin el adecuado control médico. Asimismo, desde un punto de vista práctico, la hidroterapia también puede emplearse como una opción para el mejoramiento físico, ya que tonifica los músculos e incrementa el nivel de energía corporal.

Aplicaciones terapéuticas

Existen numerosas formas de administrar una sesión de hidroterapia y entre ellas se destacan las duchas con presión o chorros más o menos fuertes, denominadas "afusiones". Además, las duchas se clasifican en generales, dejando caer el agua sobre el cuerpo, o parciales, dirigiendo el chorro hacia el lugar elegido, ya sea lumbar, dorsal, anal, vaginal, etc. Por otro lado, en el uso del agua sin presión se distinguen las aplicaciones en las que se sumerge al paciente en un recipiente, o las que se hacen mediante sábanas, esponjas o guantes.
Los efectos curativos y terapéuticos que las sesiones de hidroterapia producen en el funcionamiento fisiológico del organismo son increíbles:

  • Activan la circulación, oxigenan la sangre y estimulan el funcionamiento de los órganos.
  • Regulan las funciones nerviosas, activando y equilibrando el funcionamiento de la médula, bulbo y cerebro.
  • Activan y tonifican los órganos digestivos.
  • Debido a sus efectos revulsivos, son excelentes en congestiones hepáticas, uterinas, etc.
  • Las sesiones de agua fría o helada son los más eficaces y menos peligrosos antitérmicos indicados en las afecciones febriles y agudas.
Además, la hidroterapia constituye una medicación tónica por excelencia, que sin dejar de ser sedativa regenera los glóbulos rojos, activa las funciones del sistema nervioso, estimula las funciones digestivas, agiliza la circulación haciéndola llegar con fuerza a las arterias y regenera los hematíes, manteniéndolos en el nivel más óptimo.

El ejercicio de la esponja

La hidroterapia propone un sencillo ejercicio diario para reafirmar los músculos, combatir la celulitis y mejorar la tersura de la piel. Consiste aplicarse masajes circulares por todo el cuerpo con una esponja embebida en agua fría, luego de una actividad física o después de tomar una ducha tibia. El agua fría cierra los poros y evita la liberación innecesaria de energía corporal, además tonifica los músculos. Por su parte, la fricción de la esponja reafirma la piel y disuelve la grasa superficial, mejorando notablemente la celulitis.

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