lunes, 20 de mayo de 2013

Cómo transformarse en una persona feliz




La felicidad depende de nuestra propia predisposición mental y emocional para enfrentar las situaciones cotidianas que se presentan en cada instante de la vida. También sentirse feliz tiene que ver con la actitud positiva que entra en juego cada vez que interactuamos con el mundo que nos rodea. Nuestro cerebro transforma cada pensamiento, cada información, cada imagen en una reacción física. Los ejemplos están a la orden del día: al ver una araña temblamos de miedo, una película romántica y profunda hace transpirar nuestras manos, un chiste atrevido nos hace poner colorados, una acusación injusta nos inunda de rabia. El cuerpo responde tanto o más que las palabras ante cada momento; la tensión arterial sube, el corazón se acelera, las piernas flaquean, el estómago se cierra, las hormonas trabajan en exceso, etc.
Sin embargo, existe una manera sencilla y práctica de controlar las emociones y modificar los pensamientos que atentan contra la salud física y mental de nuestro propio ser: la visualización. La técnica de la visualización se sirve de la reacción del cuerpo ante pensamientos e imágenes. La visualización es una observación interior. Se trata de interpretar imágenes en forma positiva, para provocar reacciones físicas. Con la visualización se consiguen dominar los miedos, fortalecer el autoestima, entrenar la voluntad e inundar con alegría el subconsciente (el encargado de condicionar nuestras actitudes y sentimientos).

Visualizar: La clave para vivir mejor

La visualización es una técnica que ayuda a conectar la parte izquierda del cerebro con la derecha, y a estimular a otras regiones para colaborar en el trabajo de integración. Se vale del poder de la imaginación y la creatividad, un aspecto mental demasiado olvidado por el ritmo y las exigencias de la vida actual. Y aunque parezca increíble, la capacidad de imaginar es más importante que el conocimiento, ya que nos permite acceder a ellos poniendo en juego todos nuestros sentidos.
Aprender a pensar en imágenes no es complicado, sólo es cuestión de practicar asiduamente hasta que el cerebro se acostumbre. Para ello nada mejor que comenzar una sesión de visualización con los siguientes ejercicios:

Primer ejercicio: visualizar un objeto
Imaginate un objeto sencillo, por ejemplo una pirámide de cristal, totalmente pulida y trasparente. Tratá de ver con tu visión interior su forma, su coloración, mentalmente tomala en tu mano y sentí su energía. Quizás, al principio, tengas dificultades para imaginarte objetos y sentimientos que no son reales. Pronto, la imagen delante de tu mirada interior será cada vez más clara. Entrena tu mirada interior durante 5 minutos. Una vez que hayas integrado la imagen, realiza el próximo ejercicio.
Segundo ejercicio: pensar emotivamente
Busca ahora entre tus recuerdos una imagen más compleja: un día en la montaña. Dejá que tus pensamientos paseen junto a cada detalle. Sentirás el sol en tu piel, percibirás el viento en tu rostro, sentirás el aroma de los árboles, oirás el grito de los pájaros y verás la inmensidad del cielo. Si lo hacés durante 5 minutos, este paseo mental te relajará tanto como si en realidad estuvieras disfrutando de un día de campo en las montañas.

*Al comienzo, se necesitarán dedicar unos treinta minutos diarios para conseguir visualizar imágenes en forma plástica y nítida, y sentir así los beneficios en el cuerpo y la mente. Más adelante, cuando la creatividad y el pensamiento positivo sean parte de nuestro ser, se pueden dedicar tan sólo treinta minutos por semana.

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