lunes, 20 de mayo de 2013

Tai Chi: El movimiento de la energía corporal




El Tai Chi es una disciplina oriental que proviene de China y consiste en una secuencia de movimientos corporales que permiten a quien lo practica concentrarse anímica, física y mentalmente. El Tai Chi sirve para entrenar la energía vital (chi) haciéndola circular por los canales del cuerpo, permitiendo que la sangre fluya libremente. Es una técnica que activa el sistema hormonal y regula el sistema nervioso; contribuye de manera eficaz en la longevidad. En cada desplazamiento y movimiento se imitan poses de animales y elementos de la naturaleza. Cada ejercicio debe realizarse con mucha paciencia y persistencia, y nunca por diversión o distracción.
El Tai Chi tiene como fundamento que los problemas emocionales o del organismo se deben a un desequilibrio en la distribución de la energía de todo el cuerpo. Para volver a un nivel equitativo de energía se requiere de una entera concentración mental aplicada en cada movimiento corporal. Aunque la terapia aparenta ser sencilla es bastante compleja y debe aprenderse siempre con un instructor especializado para evitar errores y obtener así los máximos beneficios que ofrece.

Fines terapéuticos del Tai Chi

El Tai Chi presta un gran aporte a la cura de la ansiedad y el estrés. Además, ayuda a mejorar la respiración, la postura correcta al caminar y al sentarse tonificando los músculos y mejorando la circulación sanguínea.

Por otro lado, es una terapia que puede practicarse a cualquier edad brindando beneficios al sistema psicofísico y espiritual de cada persona.

Movimientos básicos para iniciarse en el Tai Chi

Quien desea iniciarse en el Tai Chi puede entrenar el cuerpo adoptando ciertos movimientos y posturas básicas. Cada movimiento se coordina con el anterior y da inicio al siguiente conforme la secuencia que se establece entre todos los ejercicios. El fin de estos ejercicios es trabajar la coordinación, el equilibrio y la concentración mental, aspectos imprescindibles para cualquier practicante de Tai Chi. Finalmente para avanzar con la práctica es preciso contar con el asesoramiento de un instructor especializado en la disciplina.

Antes de comenzar con los cuatro ejercicios se deben considerar los siguientes puntos: 

  • Realizar los movimientos en horas de la mañana o al atardecer.
  • Elegir un lugar tranquilo y al aire libre
  • Utilizar música suave de relajación para conseguir una profunda concentración.
  • Utilizar ropa holgada y cómoda.
  • Permanecer descalzos o con medias suaves de algodón, pero sin nada de calzado.

1. La grulla: Desde la posición de pie, flexionar una pierna por delante de la que mantiene el apoyo en el piso. Posteriormente, controlar que la columna esté bien erguida y los brazos extendidos hacia los costados con las muñecas flexionadas y los dedos juntos. Conservar la posición unos segundos y cambiar a la otra pierna. 
2. La torsión: De pie con las piernas separadas a la altura de los hombros, girar lentamente el tronco hacia una pierna que se flexiona aún más extendiendo los brazos en dirección de la pierna. Los dedos de las manos deben estar bien separados del pulgar y actuar como si se empujara algo. Luego realizar el mismo movimiento pero en sentido contrario. 
3. La serpiente: Desde la posición de pie con piernas separadas, flexionar una y extender la otra. Inclinar el torso hacia la pierna flexionada, los brazos estirados y juntar los dedos de una mano y la otra con la palma abierta. Modificar la postura y cambiar hacia el otro lado.
4. La garza: Desde la posición de pie, apoyar una pierna flexionada sobre la otra extendida. Estirar los brazos al frente con un brazo flexionado y el otro extendido. Quebrar la muñeca de ambos brazos y conservar las palmas abiertas.




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