Así, todo tipo de
molestias corporales inciden directamente en el rendimiento laboral e
intelectual, lo que da como resultado una mala calidad de vida laboral, por
ende una mala calidad de vida general. El proceso por el cual es posible
revertir esta situación comienza con la adopción de nuevos hábitos, tan simples
y fáciles, que su incorporación a la vida diaria no implica ningún esfuerzo
adicional, sino más bien representa un ahorro de energía corporal que redunda
en un inmediato bienestar general. Mejorar en principio la postura del cuerpo e incorporarla como un nuevo hábito, redunda en una mejora calidad de vida en el ámbito laboral. Todo ello incrementa el bienestar general del cuerpo, tanto durante el trabajo como fuera de él.
Cuando las
empresas piensan en lesiones músculo-esqueléticas inmediatamente piensan en
imágenes estandarizadas y posiciones sintomáticas de trabajadores, introducen a
los empleados en seminarios sobre cuidado de la espalda con afiches,
diapositivas y anatomía de la columna vertebral. A pesar de todo ello los
problemas de espalda y músculo esqueléticos en general persisten; ¿cuál es el
problema?, ¿por qué no funciona esta capacitación? El problema es que este
entrenamiento es de muy baja efectividad por que se ha tornado aburrido, por
que causa pérdida de tiempo en las empresas, el trabajador no transfiere lo aprendido
a su lugar habitual de trabajo y finalmente no impacta por que el cuerpo humano
solo aprende nuevas posturas y/o movimientos con base en la realización de
repeticiones metódicas. Los estudios sobre aprendizaje del movimiento muestran
que el entrenamiento basado en el desempeño de la tarea es muy efectivo, mucho
más cuando adicionalmente se brinda mejoría de la flexibilidad, de la fuerza y
resistencia muscular, de la coordinación y de la velocidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario