Hacer un cambio voluntario de hábitos es perfectamente posible y está al alcance de todas las personas. Sólo es cuestión de aprender los secretos que facilitan el proceso. Utilizar sabiamente nuestros recursos para facilitar los pasos positivos y obstaculizar lo negativo, es el punto de partida de todo cambio de actitud. Hay que quitarle la connotación moralista a la fuerza de voluntad. No es una virtud congénita, como la inteligencia o el talento musical. Ni tampoco es una virtud celestial. Cuando se trata de conseguir objetivos y mantenerse en la brecha sin desfallecer, existen técnicas de estrategia mucho más eficaces y psicológicamente menos costosas que la lucha emocional que implica la alternancia entre el esfuerzo inicial, el desánimo subsiguiente y la culpa final.
Los mecanismos del cambio
Las técnicas para incrementar la motivación se utilizan para aumentar el rendimiento en las empresas, en los deportistas y en los estudiantes. También las podemos usar para nuestros intentos cotidianos de superarnos, como por ejemplo: dejar de fumar, perder peso, controlar la ansiedad, aumentar nuestra forma física u organizar mejor el tiempo.
Motivarse para cambiar algo, comprometerse, mantenerse en el camino sin desanimarse y conseguir el objetivo son aptitudes que se adquieren con cierta disciplina. Para eso existen ciertos pasos que en términos generales pueden ser útiles para tu nuevo estilo de vida:
• Plantéate objetivos claros, mensurables, cortos y concretos.
• Los objetivos deben ser realistas y estar a nuestro alcance.
• Analiza los fracasos anteriores y planea las soluciones para el futuro.
• Coloca los objetivos por escrito.
• No traiciones el objetivo inicial con pensamientos derrotistas.
• Parte de una base realista y acepta la situación actual.
• No te pongas metas demasiado altas ni te apresures a conseguirlas.
• No desvalorices los pasos pequeños. Todos te acercan a la meta.
• Prémiate cuando consigas objetivos, aunque sean parciales.
• Deja de lado la perfección y promueve la superación.
• No te hostigues con los percances, ya que son parte de la vida misma.
• Observa la evolución del proceso sin preocuparte en forma desmedida por el objetivo.
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