La capacidad pulmonar es fundamental para conseguir un
óptimo rendimiento físico. Cuando una persona permanece inactiva por un
prolongado tiempo, comienza a perder gradualmente su capacidad pulmonar hasta
el punto que cualquier actividad que realiza, por mínima que sea, le produce un
agotamiento físico que lo deja sin aire. Por eso es importante entrenar el
cuerpo para aumentar la capacidad de trabajo de los pulmones, incrementando así
la capacidad de resistencia del cuerpo y previniendo futuras afecciones
respiratorias.
Para ello nada mejor que llevar a cabo diariamente tres ejercicios físicos que describo a continuación, que no sólo te permitirán desarrollar una capacidad respiratoria robusta, sino que además te ayudarán a mejorar tu estado físico general. Puedes hacer estos ejercicios antes de cualquier entrenamiento físico o actividad deportiva, en 3 series de 15 repeticiones cada uno. Además, es muy bueno respirar de manera profunda y consciente varias veces al día y en cualquier momento, ya que esto beneficia notablemente los pulmones y te permite purificar el organismo de las toxinas acumuladas. Eso sí, para obtener los mejores resultados debes respirar y hacer los ejercicios siempre al aire libre o en lugares muy ventilados.
1. Con los brazos rectos y cruzados
delante del pecho los extendemos hacia los costados hasta formar con cada brazo
un ángulo de 90º con el torso (tal como se ve en el dibujo). En este movimiento
inhalamos de manera profunda el aire por la nariz. Luego los volvemos a la
posición inicial exhalando el aire por la boca. Para un trabajo completo, debemos
alternar la posición de los brazos cuando los cruzamos uno arriba del otro.
2. Un muy buen ejercicio que mejora
la respiración. Parados con los brazos rectos hacia delante, los movemos hacia
atrás lo más que podamos mientras elevamos los talones e inhalamos el aire por
la nariz. Luego volvemos a la posición inicial lentamente mientras exhalamos el
aire por la boca. Los movimientos deben ser conscientes y pausados.
3. Sitúa dos bancos o sillas una al
lado de la otra y sepáralas 45 cm. Entonces, con una mano descansando en el
asiento de cada silla, el cuerpo extendido en forma inclinada, los pies en el
piso, desciende cuanto puedas entre las sillas, dejando que el tórax se acerque
al piso lo más posible. Asciende lentamente y aspira aire por la nariz y al
descender nuevamente, exhala el aire por la boca.
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