Una alimentación sana que cubra las necesidades básicas
nutritivas puede asegurarte una reducción de peso natural y sostenida. Para
ello es necesario que tengas en cuenta las siguientes pautas:
1. Come varias veces por día: Dividir la
alimentación diaria en 4 o 6 comidas es importante para que el metabolismo esté
alimentado adecuadamente. La regularidad en las comidas te permitirá mantener
los niveles de azúcar en sangre, evitando la sensación de hambre y la ansiedad
descontrolada por la comida. Lo más recomendable es ajustar la alimentación a
tu propio ritmo de vida, pero sin olvidar la siguiente división: cuatro comidas
principales (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y dos colaciones o tentempiés a media mañana y media tarde.
2. Reduce el consumo de grasas: Para evitar los kilos de más reduce el consumo de grasa animal. Para ello, cuando elijas alimentos ricos en proteínas, prefiere el pescado a la carne. Por otra parte la carne de aves (sin piel) es más saludable que las carnes rojas. En el caso de los productos lácteos (leche, queso y yogur), elige siempre los desnatados (descremados) ya que aportan la mitad menos de grasa que sus pares enteros.
3. Consume alimentos integrales: Los cereales, las pastas y los panes integrales contienen mucha mayor cantidad de fibras, vitaminas y minerales que sus semejantes refinados y procesados. Además liberan azúcar con relativa lentitud en la sangre, lo que contribuye a mantener sus niveles y conservar la energía. Para que el cambio no sea brusco, reemplaza de a poco el pan blanco por el integral y el de salvado (lo mismo con las galletas), prueba el arroz integral en lugar del blanco y opta por un plato de pastas integrales o con verdura. Estos alimentos son más nutritivos que los “blancos”, por eso debes comer menos cantidad.
4. Incorpora a la dieta más frutas y vegetales: Estos alimentos nunca deben faltar en una dieta saludable. Además de ser ricos en vitaminas y minerales, las frutas y verduras rara vez provocan un aumento de peso. Consume unas 4 frutas por día, y la misma cantidad de porciones de vegetales. Algunos alimentos como la banana, la patata y la batata (boniato) producen una rápida sensación de saciedad y deben consumirse con discreción.
5. Aprende a beber líquidos sanos: Beber abundante cantidad de líquido te ayudará a eliminar las toxinas del organismo favoreciendo aún más la pérdida de peso. Pero no todos los líquidos son buenos: el café, el té negro, las gaseosas y las bebidas alcohólicas no son para nada recomendables en una dieta sana. En cambio, el agua, el té verde, las infusiones de hierbas naturales (manzanilla, boldo, menta, cedrón, etc.) y los jugos de frutas y hortalizas recién exprimidos o procesados son los que debes beber diariamente si deseas conservar la salud y el peso. Por otro lado, existe una forma adecuada para beber líquidos: siempre fuera de las comidas ya que diluyen las secreciones que digieren los alimentos y por tanto perturban la digestión y pueden provocar un aumento de peso.
2. Reduce el consumo de grasas: Para evitar los kilos de más reduce el consumo de grasa animal. Para ello, cuando elijas alimentos ricos en proteínas, prefiere el pescado a la carne. Por otra parte la carne de aves (sin piel) es más saludable que las carnes rojas. En el caso de los productos lácteos (leche, queso y yogur), elige siempre los desnatados (descremados) ya que aportan la mitad menos de grasa que sus pares enteros.
3. Consume alimentos integrales: Los cereales, las pastas y los panes integrales contienen mucha mayor cantidad de fibras, vitaminas y minerales que sus semejantes refinados y procesados. Además liberan azúcar con relativa lentitud en la sangre, lo que contribuye a mantener sus niveles y conservar la energía. Para que el cambio no sea brusco, reemplaza de a poco el pan blanco por el integral y el de salvado (lo mismo con las galletas), prueba el arroz integral en lugar del blanco y opta por un plato de pastas integrales o con verdura. Estos alimentos son más nutritivos que los “blancos”, por eso debes comer menos cantidad.
4. Incorpora a la dieta más frutas y vegetales: Estos alimentos nunca deben faltar en una dieta saludable. Además de ser ricos en vitaminas y minerales, las frutas y verduras rara vez provocan un aumento de peso. Consume unas 4 frutas por día, y la misma cantidad de porciones de vegetales. Algunos alimentos como la banana, la patata y la batata (boniato) producen una rápida sensación de saciedad y deben consumirse con discreción.
5. Aprende a beber líquidos sanos: Beber abundante cantidad de líquido te ayudará a eliminar las toxinas del organismo favoreciendo aún más la pérdida de peso. Pero no todos los líquidos son buenos: el café, el té negro, las gaseosas y las bebidas alcohólicas no son para nada recomendables en una dieta sana. En cambio, el agua, el té verde, las infusiones de hierbas naturales (manzanilla, boldo, menta, cedrón, etc.) y los jugos de frutas y hortalizas recién exprimidos o procesados son los que debes beber diariamente si deseas conservar la salud y el peso. Por otro lado, existe una forma adecuada para beber líquidos: siempre fuera de las comidas ya que diluyen las secreciones que digieren los alimentos y por tanto perturban la digestión y pueden provocar un aumento de peso.
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